SALUD

‘Vida alegre’, albergue para adultos mayores gay

Con movimientos finos, delicados, propios de una señora bien educada y culta, Samantha Flores contó su historia.

Nació en Orizaba, Veracruz, cumplió 85 años, y es una mujer transexual.

Samantha Flores García dijo: “Jamás soñé en ser Samantha Flores, yo comencé mi cambio por fiestas, por pachanga, todo, a los 32 años, y hasta los 36 años decidí, ni remotamente se me ocurrió que un día iba a ser transexual y soy feliz”.

Tuvo una vida privilegiada, en comparación con otras mujeres transexuales, aunque el cambio fue complicado, doloroso, y sobre todo porque logró la transición en una época difícil.

“Cuando yo me decidí a eso, renuncié a todo, a familia, a trabajo, a amigos, a todo, nosotros éramos enfermos mentales hasta hace poco, hasta el 78, creo 80, éramos enfermos mentales, no, y estaba castigado y sigue todavía, hay lugares donde es castigado con la muerte, no, así que es muy difícil de entender”, comentó Samantha Flores.

Samantha tiene el sueño de constituir un albergue para los adultos mayores gay.

Y es que la realidad de un adulto mayor gay es muy distinta.

Samantha Flores García destacó: “Aún cuando está en buena situación económica, está solo, porque no tiene familia, sus amigos ya se murieron, ya está retirado totalmente, aunque tenga pensión, aunque tenga dinero, y pensé en formar una gran familia por eso se llama Vida Alegre, Laitus Vitae, en latín quiere decir vida alegre, para que los últimos años que tengamos sean alegres”.

Por años fue voluntaria de la fundación ‘Ser humano’, dedicada a atender a niños con VIH y por ello decidió constituir su propia fundación ‘Vida alegre’, Laetus Vitae en latín.

La asociación civil ya es donadora, por lo que están buscando fondos para rentar una casa que sirva de inicio como casa de día para atender a ocho o diez adultos mayores.

Para poder mantener la casa por un año necesitan al menos 400 mil pesos.

Incluso, la idea es ser incluyente, por lo que también podrían dar cabida a adultos mayores heterosexuales.

Samantha tiene claro su sueño.

“Yo vengo de provincia, entonces me imagino una casa con todos los cuartos alrededor y en el centro un jardín y un árbol, cuando menos un árbol, el signo de Laitus Vitae es un árbol que te da vida, que te da fuerza”, agregó Samantha Flores García.

Y sobre todo tiene claro que el dolor que sufrió en el pasado, ha sido gratamente recompensado.

“La pasé muy mal, sufrí mucho, fue horrible, pero desde que soy Samantha Flores soy una gente feliz, realizada y satisfecha”, puntualizó.

Con información de Karina Cuevas
LSH