POLíTICA

Caminantes venezolanos recorren cientos de kilómetros

Las nubes oscuras presagian tormenta en Cúcuta, en la frontera colombo venezolana, pero entre el miedo y la incertidumbre, los caminantes venezolanos inician su recorrido de mil 416 kilómetros, rumbo a la frontera con Ecuador.

Lo hacen en grupos de diez o más. Mayormente se conocen en la ruta. Caminan día y noche a la vera de la carretera panamericana que une a Sudamérica. Cruzan páramos con temperaturas muy bajas, valles extremadamente calurosos.

Recorren aproximadamente 25 kilómetros por día. Cuando tienen suerte reciben aventones de los camioneros que se apiadan de ellos. Tienen los pies cansados y los estómagos vacíos, pero no miran atrás.

Elmo Gonzáles, originario de Miranda, es uno de los caminantes.

Ah, mira, salimos hace 12 días de Cúcuta y hasta la mañana de hoy, llegamos aquí”, explica Elmo Gonzáles, uno de los caminantes venezolanos.

Según la oficina de asuntos humanitarios de Naciones Unidas, el 85 por ciento de los caminantes venezolanos no tiene dinero, apenas un 2 por ciento puede costearse el hospedaje. Todos sienten que viven una pesadilla.

“Nunca lo pensé y bueno nos tocó y hay que seguir adelante para conseguir un futuro mejor”, dice Fanny Tovar, caminante venezolana.

Las palabras de Fanny parecen versos de Antonio Machado. Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Ella es natural de Carabobo. Allí estudiaba y trabajaba, pero ya no había para comer. Dejó a su pequeña hija con su madre y se echó a caminar.

Los encontramos en las alturas de Pasto, tres mil metros sobre el nivel del mar, 50 kilómetros antes de la frontera con Ecuador. Están fuertemente arropados, algunos parecen soldados derrotados de una guerra invisible, otros ya caminan como zombis. En sus corazones se incuba la rabia.

Algo muy negativo lo que nuestro presidente nos ha hecho hacer porque nos empujó, nos sacó de nuestro país”, dice el venezolano Vladimir Torres.

Vladimir es estilista. En la ciudad venezolana de Portuguesa era el peinador de moda. Hoy, reniega de la revolución bolivariana.

“Mientras exista Diosdado Cabello, Tibisay Lucena y Nicolás Maduro, Venezuela nunca va a volver a ser Venezuela”, añade Vladimir.

En Ipiales, más cerca de la frontera con Ecuador, encontramos a otro grupo de caminantes.

Es una ruta dura, larga, sacrificada.

Al ver nuestra cámara, esta joven quiso enviar este mensaje a su familia: “Saludo a mi mamá y a mi hija que están en Venezuela”, fueron las palabras de María Muñoz.

María está desconsolada y triste.

Duramos 6 días caminando y pidiendo cola en las mulas y quisiera ver a mi hija, quisiera ver a mi mamá, quisiera ver a mis hermanos”, dice.

La Policía colombiana reporta 8 caminantes muertos, cinco en Tunja y 3 en Pamplona, los tramos más duros de la ruta. La hipotermia, el cansancio extremo, el hambre los vencieron. Los reveses han encendido la furia de los caminantes.

Al respecto, Felipe Márquez dice: “Ellos dicen que Venezuela no está en crisis, que Venezuela no pasa hambre, entonces por qué todos salimos de allá, por qué nos gusta, no, nosotros queremos nuestro país, pero con un presidente como ése, cómo vamos a hacer”.

Caminar o morir es la consigna de los caminantes venezolanos, hasta que un día, acaso no muy lejano, puedan volver a su país.

Con información de Ricardo Burgos, enviado especial Noticieros Televisa.

AAE