ACCIDENTES

Velan restos de Julio César, hombre que murió atrapado en un pozo en Colima

La familia de Julio, exige a las autoridades, dar con el paradero del contratista para quien trabajaba, pues al parecer huyó del lugar al momento del primer colapso que lo dejó enterrado y hasta hoy, no ha sido localizado.

Exactamente a una semana del accidente que lo dejó sepultado 5 días al interior de una noria a 12 metros de profundidad, Julio César Hernández Rivera de 36 años regresó sin vida a Coquimatlán, Colima, lugar donde nació.

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El cuerpo de Julio fue entregado a su familia la media noche de este viernes.

Sus restos fueron trasladado a casa de sus primos, en el municipio de Coquimatlán, lugar donde nació y vivió los primeros meses de vida con sus padres biológicos y posteriormente con sus padres adoptivos, quienes lo criaron desde que tenía un año y 10 meses de edad.

La familia de Julio, exige a las autoridades, dar con el paradero del contratista para quien trabajaba, pues al parecer huyó del lugar al momento del primer colapso que lo dejó enterrado y hasta hoy, no ha sido localizado.

“Ósea no estamos pidiendo nada, nada más que este dé la cara y que diga qué pasó, porque estaba trabajando sin protección y de hecho sin seguro, aunque pues desgraciadamente, hagan lo que hagan, no, no, lo va a devolver”, dijo Rosario Rivera, prima de Julio.

Como parte de las investigaciones, la Fiscalía de Colima aseguró el predio particular donde murió Julio, en la localidad de Montitlán, municipio de Cuauhtémoc.

La tarde de este viernes, fue celebrada una misa de cuerpo presente en la Parroquia La Lupita. En la celebración estuvieron presentes, sus familiares más cercanos, vecinos y amigos.

“Yo creo que hasta lo que no creían en Dios, voltearon un instante al cielo e hicieron una oración por Julio, para que saliera con vida”, dijo el padre Carlos Alberto Anguiano Villegas.

Los restos de Julio serán sepultados este sábado en el panteón municipal de Coquimatlán, en la misma cripta donde fue enterrado su padre Francisco Hernández León, muy cerca también del lugar donde descansa el cuerpo de su padre adoptivo Gratimiano Figueroa.

Con información de Bertha Reynoso

KAH