Twitter pide ayuda para combatir mensajes de odio

Twitter pidió hoy ayuda a sus usuarios para definir sus políticas de uso y combatir los mensajes de odio que puedan generar violencia en el mundo real.

Twitter ha estado trabajando durante meses en una ampliación de sus restricciones con el objetivo de detener los mensajes que “deshumanizan” a las personas en función de su raza, su religión, su orientación sexual o cualquier otra pertenencia a un grupo en las redes sociales.

“El lenguaje que degrade a alguien a menos que humano puede tener repercusiones fuera de la red, incluida la normalización de actos graves de violencia”, dijeron Vijaya Gadde y Del Harvey, miembros del equipo de Confianza y Seguridad de Twitter en un texto publicado en el blog de la empresa.

Pero ampliar el rango de las restricciones no está exento de riesgos de incurrir en errores o de una censura demasiado severa, por lo que Twitter apeló al criterio de sus usuarios en todo el mundo para encontrar una definición equilibrada.

“Queremos su opinión para asegurarnos de tener en cuenta una perspectiva global y cómo estas nuevas reglas se aplican a las diferentes comunidades y culturas”, agregaron los dos ejecutivos.

Este pedido de ayuda al público surge en un momento difícil para las redes sociales en general, criticadas por permitir que ejércitos de troles interfirieran en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos o por censurar demasiado, o no lo suficiente, a sus usuarios.

A principios de septiembre, ante una comisión del Senado de Estados Unidos, Jack Dorsey, el presidente ejecutivo y cofundador de Twitter, reconoció que la red “no estaba preparada” y estaba “mal equipada” para hacer frente a “los abusos, el acoso, los ejércitos de troles, la propaganda de los bots (cuentas automáticas)”.

“No estamos orgullosos de cómo el intercambio libre y abierto ha sido manipulado y utilizado para distraer y dividir a las personas y a nuestra nación”, afirmó entonces, y agregó que Twitter estaba haciendo grandes esfuerzos para hacer de la plataforma “un espacio público saludable”.

Con información de AFP.
FJMM