La Policía turca no encontró rastros de ADN en las muestras de agua del pozo situado en el cónsul saudí de Estambul, uno de los dos edificios investigados en la búsqueda del periodista desaparecido saudí Jamal Khashoggi, informó el diario turco Hürriyet.
Los equipos turcos ingresaron por primera vez al consulado el pasado 15 de octubre, trece días después de que Khashoggi entró en la legación donde fue asesinado, como ya admitió Riad, y dos días más tarde obtuvieron permiso para registrar también la residencia consular, situada a unos 200 metros de distancia.
La Policía pretendió vaciar el agua de un pozo situado en la residencia, pero las autoridades saudíes se negaron a permitir el acceso de los bomberos al terreno al no figurar en la lista de nombres previamente consensuada.
Los agentes finalmente inspeccionaron el pozo con una cámara y tomaron muestras de agua, que fueron enviadas a un laboratorio, pero finalmente no fue detectado ningún rastro de ADN en estas muestras, informó el diario.
Por otra parte, Hürriyet informó que todos los vehículos del consulado fueron sometidos a una limpieza profesional a fondo antes de que los equipos turcos recibieran permiso para registrarlos.
También se dio a conocer que la ropa hallada en el coche con matrícula diplomática, estacionado desde hace semanas en un aparcamiento del barrio de Sultangazi y encontrado el lunes pasado, pertenecía a uno de los empleados del consulado, agregó el diario.
Los restos del cadáver “descuartizado” del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado de su país en Estambul el pasado 2 de octubre, fueron encontrados en el jardín de la residencia del cónsul saudí, Mohamed Otaibi, quien regresó a Riad el 16 de octubre, un día antes de que equipos turcos la registraran.
La noticia del hallazgo se conoció poco después de que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmaraque la muerte de Khashoggi fue un “salvaje asesinato planeado” y prometiera que Ankara llegará al fondo de lo sucedido.
Con información de EFE
LHE
