DEBATES Y ENTREVISTAS

Trump y su posible destitución, ¿cuáles son los escenarios?

En la teoría hay dos formas para destituir a Donald Trump, una es un juicio político o impeachment y la otra es activar la enmienda constitucional 25, que se refiere a la salud del presidente, explicó Saúl López Noriega, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en entrevista para Despierta con Loret.

El impeachment, explicó, es relativamente sencillo. “Se puede dar por traición, por soborno o por la comisión de algún delito grave” y se necesita “la mayoría simple de la Cámara de Representantes y dos terceras partes del Senado”.

Abundó que hace “unas semanas un grupo de abogados liberales estableció una demanda, basándose en la cláusula de emolumentos”, según la cual “ningún funcionario puede recibir beneficios económicos desde el extranjero”.

Si bien Trump renunció a la dirección de su conglomerado de negocios, explicó López Noriega, “sigue recibiendo beneficios económicos”.

En China, dijo el académico, tiene un crédito de un banco, controlado en su mayoría por el gobierno chino, para realizar un desarrollo inmobiliario. Además, en India le dieron facilidades fiscales para construir un hotel. Con estos datos, “se actualizó, a juicio de estos abogados, la cláusula de emolumentos”, por lo que esperan ganar la demanda.

Con ese caso ganado “hay argumento, porque hay un uso impropio de la oficina presidencial para beneficio de su familia”.

El otro camino es activar la enmienda 25, “que es relativamente nueva, de 1967”, para lo cual se necesita que el vicepresidente y ocho secretarios de Estado manden una carta al Congreso “diciendo que el presidente es incapaz, sin importar si es por causa mental o física, y queda fuera inmediatamente”, pero, “si hay controversia, el Congreso resuelve con dos terceras partes”.

Por el momento, reconoció, es inviable que eso ocurra por la conformación del Congreso, pero “en el 2018 se renuevan la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, para lo cual los demócratas necesitan ganar 24 escaños”.

Sin embargo, por la división actual de la sociedad estadounidense, un impeachment puede ser un punto de quiebre y los políticos saben que se complican más las cosas “si sobrecalientan la maquinaria”.

Además, en Estados Unidos nunca un presidente en funciones ha sido destituido, concluyó.

 

 

 

 

 

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