El presidente Donald Trump confesó este viernes que podría viajar a Israel el próximo mes para inaugurar la nueva embajada de Estados Unidos, que él decidió transferir de Tel Aviv a Jerusalén.
“Podría ir, estoy muy orgulloso de eso”, dijo en una conferencia en la Casa Blanca junto con la canciller alemana Angela Merkel, al describir el rechazo a un plan a 10 años por mil millones de dólares a cambio de la remodelación, por entre 300 mil a 400 mil dólares, de una instalación que Estados Unidos ya tenía.
“Va a ser bonito. Y va a ser algo temporal, pero podría ser por muchos años”, señaló.
“La embajada en Jerusalén fue una promesa de presidentes durante muchos años. Hicieron promesas de campaña y no tuvieron el valor de ejecutarla. Pero yo lo hice. Por lo tanto, podría ir”.
La controvertida mudanza está prevista para el 14 de mayo, fecha que coincide con el 70 aniversario de la creación del Estado de Israel.
La fecha anunciada implica una considerable aceleración de los planes. Anteriormente el vicepresidente Mike Pence había dicho que la inauguración tendría lugar a fines del 2019.
Inicialmente la embajada no será más que unas cuantas oficinas en un edificio ya administrado por Estados Unidos en Jerusalén.
Trump había anunciado en diciembre su decisión “de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital” de Israel, rompiendo con sus predecesores e ignorando advertencias de todos lados.
La decisión del mandatario estadounidense provocó una profunda ira en el mundo árabe, particularmente entre los palestinos, que ven el este de Jerusalén como la capital de su futuro Estado.
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Con información de EFE.
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