La estrategia de Donald Trump es estar en conflicto permanente, “entró a dividir, a enfrentar, aun si esto acaba mal, el conflicto es lo que él quiere hacer”, afirmó el analista Javier Tello en la mesa de Despierta con Loret. Lo malo, es que “entre más frentes abra y más se empantane, regresará con su chivo expiatorio”, que es México.
En sus primeras ocho semanas de gobierno, a Trump “no le está yendo bien, porque todos los días abre frentes”, sostuvo Carlos Bravo, profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), aunque “en términos de impacto sí ha estado en el candelero, sin logros concretos”, porque “lo que él se hubiera podido colgar como medalla, que son sus órdenes ejecutivas contra la migración, no ha pasado; no tiene logros concretos materiales”.
De acuerdo con la agencia Gallup, a dos meses de la toma de posesión, Donald Trump tiene 37% de aprobación, pero Fox News dice que es de 43%, lo cual, coincidieron ambos analistas, es de las cifras más bajas para un presidente que inicia su gestión.
Para el investigador del CIDE, “con la población, Trump no ha tenido luna de miel”, pero recomienda desagregar las cifras. “Con los demócratas, es bajísima; con los republicanos ha perdido espacios, pero con la base republicana es su fortaleza, porque con ello puede hacer movimientos en el Congreso, así que le conviene mantenerse en buenos niveles”.
Pero, dijo Javier Tello, Trump “nunca buscó una luna de miel, no ha buscado unidad”, además de que se viene un problema interno “como el Obamacare, que va a meter en problemas a los congresistas, porque va a afectar a su electorado, y dividirá a su propio partido”.
Un problema que le puede dejar popularidad con su electorado es la construcción del muro en la frontera con México, pero “no se trata de enfocarnos sólo en quién paga el muro”, porque las palabras de Graco Ramírez, afirmando que es un triunfo que Estados Unidos pagará por el muro, “son terribles, es pésimo pensar que si no lo pagamos ya ganamos”, afirmó Carlos Bravo.
En sí mismo, “el discurso del muro es profundamente dañino, pero ha sido un discurso para mantener contenta a su base”, redondeó Javier Tello.
Ambos coincidieron en que la “advertencia del gobierno mexicano a empresas que quieren participar en el muro es correcta, pero no hay que olvidar quién es el enemigo”.
Y mientras el presidente de Estados Unidos mantiene la vista puesta en el muro, sostiene otros problemas, como su encuentro con la canciller alemana Angela Merkel, a quien se negó a darle la mano, provocando un momento “profundamente incómodo”.
Negarse a darle la mano a Merkel, dijo Javier Tello, es indicativo de la personalidad del mandatario estadounidense. “Merkel es la mujer más poderosa del mundo y claramente Trump tiene un problema con las mujeres poderosas. Además, Merkel es una de las opositoras más férreas de Vladimir Putin.”
El comportamiento de Trump es signo de su personalidad contradictoria, dijo Carlos Bravo, porque “tiene la reputación de tener un saludo por el que se pone por encima de su interlocutor”, por un lado, además de que “hace poco dijo que admiraba a Angela Merkel entre los líderes del mundo”, pero aun así se negó a darle la mano para la foto.
En su política exterior, Estados Unidos “se puede meter en problemas con Corea del Norte y con China”.
Para el profesor del CIDE, “Estados Unidos está pidiendo a otros países que hagan algo que tradicionalmente hace él, al solicitar a China y a Japón que le ayuden a contener a Corea del Norte,”, pero, sin meter las manos totalmente, “quiere mantener la supervisión en lo que ocurre”, y lo que pase puede no ser de toda la aprobación del presidente estadounidense. “Corea del Norte puede ser la gota que derrame el vaso, porque Trump no quita de la mesa la posibilidad de intervenir.”
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