ECONOMíA

Trump desprecia a la Unión Europea, advierte Iñaki Gabilondo

Aunque la presidencia de Donald Trump “es un tema directamente de Latinoamérica, España está preocupada porque ha entrado como hegemón un personaje imprevisible, que actúa como dueño de la empresa, que tiene un desconocimiento enciclopédico de las cosas, que se lanza de manera fascista con un peligro enorme”, afirmó Iñaki Gabilondo, periodista español, en entrevista para Despierta con Loret.

Para el colaborador del diario El País, Trump “exhibe una incultura increíble” en todos los temas relativos a México y espera que, como hombre de negocios, el presidente de Estados Unidos eventualmente “se dará cuenta de las interconexiones entra esas dos naciones, que no son tan fáciles de disolver”.

Sin embargo, no están exentos de problemas, porque “Trump desprecia a la Unión Europea porque es un competidor comercial importante”, pero “no es la primera vez que eso pasa”. Recordó que durante la administración de George W. Bush la situación fue similar, “con la ayuda de Aznar, que operó como submarino, para hacer sentir que Alemania y Francia eran parte de la Vieja Europa. Este hombre hace lo mismo, pero multiplicado por 200, desprecia a Europa, Alemania, la OTAN, con la esperanza de que Europa se disuelva como azúcar”.

Iñaki Gabilondo reconoce que “el fenómeno Trump no es aislado”, sino que está surgiendo “en muchos lugares”, como consecuencia de la globalización y a causa de la creciente migración, que ha provocado “un repliegue nacionalista retrógrado, muy serio”.

Reconoció que el fenómeno de la extrema derecha va abriéndose paso en Europa, y aunque “en Holanda no ganó las elecciones, el discurso ha ganado. No es un discurso ganador, pero se filtra de manera pegajosa”.

Pero ese discurso, afirma, no inflama el sentimiento que provoca los ataques terroristas en Europa, porque, de acuerdo con Iñaki Gabilondo, “la línea de ataque contra Europa está montada al margen de cómo Europa se ponga o se deje de poner”.

Indica que los ataques recientes, perpetrados por ciudadanos de los países atacados, ponen “en ridículo la teoría de cerrar las fronteras”, y advierte del peligro de “histerizar la vida cotidiana”, porque, “hasta que no tengamos un policía en cada casa, cuidando a nuestros hijos, llevándoles a la escuela, no agotaremos el sentimiento de vulnerabilidad”.

Advierte, sin embargo, que Europa “está constituida sobre un principio, aquí nacieron los grandes valores de los derechos humanos, es lo que podemos exportar, si lo debilitamos, si recelamos de la migración, si ponemos muros, Europa fracasa, porque fracasa su propia esencia”.