POLíTICA

Trump asegura que encuentro con Kim ‘será mucho más que una foto’

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este jueves que la cumbre que tiene prevista mantener el próximo día 12 con el líder norcoreano, Kim Jong-un, será “mucho más que una foto”, aunque auguró que apenas será el primer paso de “un proceso” que requerirá de otros encuentros.

“Va a ser mucho más que una foto. Es un proceso, como ya he dicho muchas veces. Creo que no va a ser un acuerdo de un solo encuentro”, sostuvo Trump en presencia del primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien visita Washington para ultimar los detalles de la cumbre que se celebrará en Singapur la semana próxima.

En todo caso, Trump opinó que la reunión entre ambos líderes será “muy fructífera”, aunque, subrayó, en última instancia su éxito dependerá de que “la gente quiera que suceda”, lo cual será algo que se podrá apreciar “muy rápidamente”.

“Tienen que ceder (los norcoreanos) sus cabezas nucleares. Si no se desnuclearizan, no será aceptable”, advirtió Trump.

A pesar de los numerosos baches que ha sufrido la organización de la cita entre Trump y Kim, que llegó a ser cancelada hace dos semanas por el mandatario estadounidense, la Casa Blanca ha manifestado estos últimos días su optimismo respecto a que la cumbre conduzca a que Corea del Norte abandone su programa nuclear.

El régimen de Kim mostró su disposición a abandonar sus armas nucleares durante la cumbre que las dos Coreas celebraron el pasado 27 de abril en su frontera, pero no quiere que se le imponga una fórmula unilateral y prefiere un proceso de desarme progresivo.

Sobre la posibilidad de que la reunión sirva para limar asperezas entre las dos Coreas, Trump apuntó que “existe mucho odio” entre ambas naciones, pero deseó que, “cómo mínimo”, las actuales negociaciones supongan el “comienzo de una buena relación” entre los dos países.

Las dos Coreas se mantienen técnicamente desde 1953 en guerra, ya que el alto el fuego que hace 64 años puso fin al conflicto que las enfrentó no ha sido reemplazado por un tratado de paz.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y Donald Trump, presidente de EU. (AP)

DONALD TRUMP, DECIDIDO A HACER HISTORIA

Donald Trump está decidido a hacer historia en su cumbre del martes con el líder norcoreano, Kim Jong-un, pero no hay tantas diferencias entre su forma de enfocar la negociación y la de sus predecesores, cuyos intentos de diálogo con Corea del Norte fracasaron.

Trump se anotará un tanto histórico con el mero hecho de reunirse con el líder de Corea del Norte, y confía en que su peculiar idiosincrasia y la relación personal que pueda establecer con Kim permitan solucionar una cuestión, la del programa nuclear norcoreano, que ha frustrado a Estados Unidos durante casi tres décadas.

“Esto debería haberse resuelto hace muchos años, no solo por parte del presidente (Barack) Obama, sino por la de los otros presidentes que me precedieron”, subrayó Trump el pasado viernes.

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Pese a esas críticas a sus predecesores, Trump abrió la puerta a finales de mayo a un proceso de desnuclearización “por fases” de Corea del Norte, un concepto que recuerda al que intentó implementar el expresidente Bill Clinton a mediados de la década de 1990.

“Hay algunas similitudes notables con los enfoques de otros presidentes”, dijo a Efe el historiador Patrick Maney, autor de un libro sobre la Presidencia de Clinton.

“Parece que ahora Trump está dispuesto a contemplar un proceso de desnuclearización por fases. La cuestión es si eso funcionará ahora, cuando no lo ha hecho en el pasado”, añadió el profesor de la universidad Boston College.

Trump también ha abierto la puerta a ayudar económicamente a Corea del Norte si emprende el camino a la desnuclearización, algo que trae ecos del acuerdo firmado en 1994, por el que el Gobierno de Clinton se comprometió a suministrar energía a Pyongyang a cambio de la suspensión de su programa nuclear, y que fracasó en 2002.

Además, el enfoque inicial de Trump fue “muy similar” al que emprendió Obama, basado en la “presión” económica y la exigencia de pasos concretos de desnuclearización antes de ofrecer ninguna concesión, según Mintaro Oba, que trabajó hasta 2016 en el programa sobre la península coreana del Departamento de Estado.

“Ese enfoque era inflexible, y lo único que consiguió fue que Corea del Norte siguiera desarrollando sus programas nucleares y de misiles”, opinó Oba en declaraciones a Efe.

Los esfuerzos diplomáticos de Corea del Sur sentaron las bases para un acercamiento entre Trump y Kim después de meses de duros ataques retóricos y “cambiaron en parte” esa estrategia, indicó Oba.

Trump suavizó poco a poco su discurso y el pasado viernes llegó a asegurar que ya no quiere usar la expresión “presión máxima”, un término empleado hasta la extenuación por sus asesores para describir el régimen de sanciones internacionales a Pyongyang, porque ahora se está “llevando bien” con Corea del Norte.

“No voy a imponer (más sanciones) hasta que las conversaciones se detengan. ¿Por qué lo haría cuando estamos hablando tan amablemente?”, se preguntó Trump el viernes pasado.

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Ese optimismo le ha merecido algunas críticas y advertencias como la del líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien le pidió la semana pasada que tenga cuidado con los “engaños” de los norcoreanos.

Pero la Casa Blanca ha dejado convenientemente en el aire algunos puntos clave de su estrategia, y no ha aclarado exactamente qué le exigirá Trump a Kim cuando ambos se sienten juntos el martes en un lujoso hotel de Singapur.

Eso da margen de maniobra al impredecible Trump, que no ha descartado que pueda cancelar la cumbre en el último momento o levantarse de la mesa si las cosas no marchan como esperaba.

Y al organizar una cumbre presidencial al comienzo del proceso negociador en lugar de concebirla como la guinda de un largo diálogo entre funcionarios de menor rango, Trump ha marcado una diferencia indeleble con sus predecesores, una arriesgada apuesta que puede suponer su mayor baza para desbloquear el problema.

“Tanto Estados Unidos como Corea del Norte, con los ojos del mundo sobre ellos, tendrán muchos más incentivos para lograr un resultado positivo”, señaló Maney.

Con información de EFE

AAE