SALUD

Traslado de pacientes graves por COVID-19 en cápsulas, reto para los paramédicos

A diferencia de meses pasados la mayoría de los traslados era de personas adultas, en esta ocasión son de jóvenes sin vacunar

En la Ciudad de México, los paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, el ERUM, aseguran que están atendiendo de nueva cuenta traslados de pacientes graves con COVID-19 a los distintos hospitales como en los primeros meses de la pandemia. La diferencia es que esta vez muchos de los pacientes son personas jóvenes.

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Una de las 20 ambulancias que están destinadas para atender casos COVID-19 recibe una llamada de emergencia, desde la zona de canal de Chalco, en Tláhuac. Un joven con problemas respiratorios requiere ser hospitalizado, con sirena encendida, avanzan por Calzada de Tlalpan y Periférico.

20 minutos después de llegar al domicilio los paramédicos, debidamente protegidos, salen del edificio con el joven encapsulado y lo suben a la ambulancia para trasladarlo al hospital general de Tláhuac.

 “Hay que darle confianza en todo momento al paciente y a la familia, en muchas ocasiones tenemos que convencerlos de acudir a un hospital, no siempre están listos. Tenemos que llegar a lograr que el paciente y los familiares decidan trasladarse al hospital buscando siempre salvaguardar su vida”, explicó Jorge Ignacio Arceo, jefe de ambulancias del ERUM.

En motocicleta, Diego es el primero en llegar al llamado de auxilio, luego de la primera valoración médica y constatar la gravedad del paciente, llega la unidad para concluir la atención, en la que viaja Elizabeth. Afirman que colocar al paciente en la cápsula es complicado.

“En el momento, si se llega a presentar que el paciente se ponga ansioso o porque va encerrado, hay calor, no le llega bien el aire y cosas por el estilo, pues ya trabajamos con él, con algunas actividades de respiración. SI se puede, si el paciente no tiene tan marcado la dificultad respiratoria, pues platicar un rato con él, se sienta seguro de lo que se está haciendo”, explicó la paramédico Elizabeth Hernández.

También dicen que, a diferencia de los meses pasados donde la mayoría de los traslados por COVID-19 era de personas adultas, en esta ocasión son de jóvenes sin vacunarse contra el COVID.

 “Es complicado porque te encuentras en cada servicio con gente como uno, notas el desazón familiar que genera esta enfermedad”, reiteró el paramédico Diego Rodríguez.

Todos los paramédicos están vacunados y constantemente se someten a pruebas, después de una emergencia son sanitizados al igual que su equipo y la ambulancia y desde hace más de año y medio tratan de sobrellevar los momentos estresantes. 

“En el transcurso del día sí me pegó y si es necesario a lo mejor lloro, tan simple hablo mucho, necesito platicarlo con alguien y hasta cierto punto eso también me ayuda”, concluyó Elizabeth Hernández, paramédico del ERUM.

Con información de Bogdán Castillo

KAH