El impacto sobre la comunidad de Tlahuelilpan, Hidalgo, es devastador.
Por la pérdida de vidas, por el dolor de los sobrevivientes, el número de mujeres que quedaron solas, los muchos niños que perdieron a sus padres, y la incertidumbre de tantas familias de no tener certeza sobre lo que le ocurrió a sus familiares.
Noelia Nando enterró a su esposo Justino, que a sus 21 años era padre de un niño de dos años y de un bebé de siete meses de gestación.
“A lo mejor él se fue, se dice el pilar de la casa, pero quedamos nosotros como familia”, señaló Germán García, tío de Noelia.
Noelia también sufre, con Magdalena, su madre, la pérdida de su padre, Aurelio, y la desaparición de su hermano.
Ella ya buscó a su hijo en todos los hospitales y ya se hizo pruebas de ADN.
“Mi esposo, sí, me parece que sí está entre los cuerpos que están en Tula, pero mi hijo no aparece. No sé nada de mi niño”, dijo Magdalena García, madre de Noelia.
Unos apoyan a los deudos otros se turnan en los hospitales, como María Elena, que llegó a relevar a su suegra para cuidar a su esposo, Óscar Peña Linares.
“Cada noche nos tenemos que turnar. Hasta el momento está bien”, indicó María Elena, esposa de hospitalizado.
Mientras el suegro de María Elena regresará a su pueblo a seguir buscando a su otro hijo que, desde el viernes pasado, está desparecido.
“A ver qué noticias hay para allá porque estuvimos aquí ya estuvimos desde el martes miércoles jueves viernes ya son tres días”, expuso José Luis Ortiz, suegro de María Elena.
Con información de Sarahí Méndez, Farah Reachi y Carlos Guerrero.
LLH
