En Tercer Grado, Leopoldo Gómez, Denise Maerker, Joaquín López-Dóriga, Carlos Loret de Mola, Raymundo Riva Palacio y René Delgado conversaron sobre el 50 aniversario de la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968. Cinco décadas que marcan una línea de tiempo para analizar cuáles fueron las consecuencias y la trascendencia histórica del movimiento estudiantil.
Carlos Loret de Mola destacó que “el hombre más poderoso de México”, Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, haya encabezado la ceremonia de la conmemoración del 2 de octubre.
A medio siglo de los hechos ocurridos el 2 de octubre, no se tiene una cifra precisa del número de muertos que dejó la matanza de estudiantes, mencionó Joaquín López-Dóriga.
El 50 aniversario del movimiento estudiantil y la alternancia en el poder, hacen que la fecha sea una efeméride importante.
Raymundo Riva Palacio subrayó que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), que depende de la Secretaría de Gobernación (Segob), declaró “que la matanza de Tlatelolco había sido un crimen de Estado, 50 años después. Por eso, para mí, entre lo histórico esto es lo más relevante”.
Apuntó que una Comisión de la Verdad puede ayudar a entender qué sucedió el 2 de octubre de 1968, pero también buscará la reconciliación y eso no sucederá.
Los panelistas recordaron que a los 10 días de la matanza de Tlatelolco, en México se inauguraron los primeros Juegos Olímpicos de Latinoamérica.
Los periodistas compararon la matanza del 68 con el caso Ayotzinapa.
El 68 desquebrajó la ideología de Estado fuerte; mientras que Ayotzinapa representa la crisis de un Estado débil, explicó Denise Maerker.
Si en 50 años Ayotzinapa es un tema no esclarecido, “estamos hablando de un fracaso… sería inconcebible que pasados 50 años no supiéramos a ciencia cierta qué fue lo que pasó ahí, en Iguala”, afirmó René Delgado.
“Si el 68 fue la cuna de la transición a la democracia, hemos hecho muy mal las cosas, porque 50 años después no se puede hablar de una democracia consolidada y un Estado de Derecho fuerte”, recalcó. Maerker y Riva Palacio no estuvieron de acuerdo con su planteamiento y aseguraron que sí sabemos qué paso: “No se castigó a los culpables”.
Delgado contestó que “la impunidad es el hecho que marca toda esa historia”.
Gustavo Díaz Ordaz
Los periodistas criticaron que como parte del 50 aniversario del 2 de octubre del 68, el Gobierno de la Ciudad de México decidió retirar del Metro las placas alusivas a las estaciones que inauguró el expresidente de México, Gustavo Días Ordaz (1964-1970), lo que generó reacciones en otras entidades de la República.
Una placa es conmemorativa, es de alguna manera un reconocimiento”, explicó Leopoldo Gómez.
López-Dóriga argumentó que “quitar una placa, quitar una estatua, no lo elimina de la memoria histórica y yo creo que no deben eliminarlo de la memoria histórica”.
Riva Palacio dijo que “la gente sí tiene que saber qué es lo que hubo, qué existió, cómo marcó su vida, cómo se pueden entender así mismo, conociendo su propia historia y no repetirlo”.
Retirar las placas de Díaz Ordaz tiene en el fondo una disputa entre “época de cambios o estamos en un cambio de época. De algún modo se está disputando el futuro y a la vez se está litigando el pasado y para eso son necesarios los símbolos. La antípoda del retiro de la placa de la inauguración del Metro es la inscripción en letras de oro del movimiento estudiantil en el muro de honor de San Lázaro”, finalmente expuso Delgado.
Otras emisiones de Tercer Grado:
- Caso Ayotzinapa y lucha contra el narcotráfico
- Sismos de septiembre y ‘bancarrota’ de AMLO
- La Cuarta Transformación
Con información de Tercer Grado.
RMT
