Suman 20 muertos y 81 heridos por explosiones en catedral de Filipinas

Al menos 20 personas fallecieron y 81 más resultaron heridas tras la explosión de dos bombas, con apenas minutos de diferencia, en una catedral católica durante una misa, en una isla del sur de Filipinas con una presencia activa de insurgentes musulmanes, dijeron las autoridades.

De acuerdo con los testigos, la primera bomba estalló en el interior del templo de Jolo, la capital de la provincia de Sulu, e hizo que los fieles, algunos de ellos heridos, salieran en estampida por la puerta principal. Soldados y policías apostados en el exterior corrieron hacia el lugar cuando estalló el segundo artefacto, alrededor de un minuto más tarde, en la entrada principal, causando más muertos y heridos. El ejército estaba verificando un reporte que apuntó que la segunda bomba podría haber estado adosada a una motocicleta estacionada.

La explosión inicial destrozó los bancos de madera de la nave principal de la catedral y rompió los vidrios de las ventanas, mientras que la segunda esparció los restos humanos y escombros por la plaza delante de la catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo, según relataron testigos.

La señal de telefonía móvil se cortó en las primeras horas posteriores al ataque.

La Policía informó que al menos 20 personas perdieron la vida y otras 81 resultaron heridas. Quince civiles y cinco soldados fallecieron, mientras que entre los heridos había 14 soldados, dos policías y 65 civiles.

Foto: Dos bombas explotaron casi de forma simultánea en una catedral en Jolo, Filipinas el 27 de enero de 2019.

Soldados a bordo de vehículos blindados cerraron la vialidad en la calle principal que va a la iglesia mientras los muertos y heridos eran trasladados al hospital de la ciudad. Algunas víctimas fueron trasladadas por aire a la ciudad de Zamboanga.

He ordenado a nuestros soldados que eleven su nivel de alerta, garanticen la seguridad de todos los templos y lugares públicos a la vez, y emprendan con celeridad medidas para frustrar planes hostiles”, dijo el ministro de Defensa, Delfín Lorenzana, en un comunicado.

“Perseguiremos hasta los confines de la tierra a los despiadados agresores detrás de este cobarde delito hasta que cada asesino sea llevado ante la justicia y encarcelado. La ley no tendrá compasión con ellos”, enfatizó la oficina del presidente del país, Rodrigo Duterte, en Manila.

El comunicado presidencial apuntó que “los enemigos del estado desafiaron de forma audaz la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de los ciudadanos en esa región. (Las Fuerzas Armadas filipinas) aceptarán el reto y aplastarán a esos delincuentes impíos”.

La isla de Jolo sufre desde hace años la presencia de los insurgentes de Abu Sayyaf, considerada una organización terrorista por Filipinas y Estados Unidos por sus bombardeos, secuestros y decapitaciones. Un obispo católico, Benjamin de Jesús, fue baleado por supuestos miembros de la milicia en el exterior de la catedral en 1997.

Por el momento nadie se atribuyó la responsabilidad por el ataque del domingo.

El incidente se produjo casi una semana después de que la minoría musulmana del país, de mayoría católica, apoyó la creación de una nueva región autónoma en el sur con la expectativa de poner fin a casi cinco décadas de rebelión separatista que causó 150 mil muertes.

Aunque la mayoría de las zonas musulmanas aprobaron un acuerdo de autonomía, éste fue rechazado por los votantes de la provincia de Sulu, donde se encuentra Jolo. La región acoge también a una facción rebelde contraria que se opone al acuerdo, además de pequeñas células insurgentes que no formaron parte del proceso de paz.

Con información de AP

LHE