CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

Suman 14 incendios forestales en lo que va del año en Yucatán

La Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Dirección de Protección Civil en Yucatán, indicaron que la temporada de incendios 2018 ha sido intensa.

En lo que va del año, se han registrado en el estado 1400 incendios en las zonas conurbadas y 14 incendios en áreas forestales que han destruido más de mil hectáreas.

“Mil 500 hectáreas afectadas en todo el estado. La gran mayoría han sido incendios generados por la mano del hombre, el tirar colillas de cigarro, basura a la orilla de la carretera, envases de cristal”, señaló Aarón Palomo, director de Protección civil en Yucatán.

Es un promedio de 14 hectáreas por día las que se destruyen por el fuego, las principales áreas son: pastizales, arboladas, maderables y humedales dentro de reservas naturales.

Municipios localizados en la costa y sur, son donde se encuentran las áreas forestales que han sido mayormente afectadas, principalmente por cazadores y pescadores en busca de especies en veda.

“Lo hacen donde hay material muy ligero, como podemos ver, miren, este es material disponible, mezclado junto con el pasto y esto es muy flamable y es muy difícil controlar los incendios forestales”, indicó Marco Esquivel Coello, brigadista forestal.

Las autoridades señalan que en esta temporada de quema, sequía y calor, la gente no realiza guardarrayas al quemar sus terrenos, además tiran basura a orillas de carreteras y el humo es lo que más afecta a las personas.

Brigadistas del Ejército Mexicano, Armada de México, Comisión Nacional Forestal, Protección Civil y gente de las comunidades, son los principales combatientes de incendios en Yucatán.

Temporada de incendios forestales y su impacto

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señala que son más propensas las zonas donde sequía, vientos y altas temperaturas se conjuntan.

En las zonas centro, norte, noreste, sur y sureste del país, cuando apenas despunta el año, inicia la temporada de incendios forestales que se prolonga durante los seis primeros meses, y en el noroeste del territorio nacional comienza en mayo y termina en septiembre.

Un incendio de este tipo arrasa con grandes volúmenes de madera y daña la economía de los propietarios, aniquila el hábitat de la fauna silvestre, propicia la erosión del suelo y en consecuencia su pérdida, contamina el aire y contribuye al cambio climático al ser eliminadas las plantas que generan oxígeno, afecta el paisaje y altera el régimen hidrológico, además de incrementar el efecto invernadero por la emisión de carbono y otros elementos nocivos.

Son más propensas las zonas donde sequía, vientos y altas temperaturas se conjuntan, porque a mayor sequía mayor riesgo. La velocidad de los vientos, su contenido de humedad y su dirección son factores clave en estas conflagraciones.

Fuente: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

 

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Con información de Alejandro Sánchez.

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