Sugar daddies y sugar babies ¿Prostitución disfrazada?

Las relaciones entre hombres mayores y mujeres jóvenes han existido siempre, pero en Asia, hace diez años inventaron los sugar daddies y las sugar babies, hombres con dinero que contactan a mujeres jóvenes mediante internet y establecen con ellas un arreglo sexual y económico, en un supuesto beneficio mutuo.

Esta práctica se ha extendido por el mundo y también se practica en nuestro país.

Collares, anillos, lo más caro que me han dado creo que fue un collar muy bonito, es como un dije de una esmeralda”, dijo una sugar baby, quien habló bajo condición de anonimato.

El sugar daddy es un hombre que mantiene una relación con una mujer más joven. No es su novia, ni su amiga o amante, es su sugar baby. Ella le hace compañía: van a cenar, al cine e incluso a reuniones, dependiendo del nivel de discreción acordado, y casi siempre tienen relaciones sexuales. A cambio, él le patrocina un estilo de vida de lujo que, por lo regular, incluye el pago de gastos, colegiaturas, viajes y obsequios.

 Cuando fuimos a Rolex, él se compró uno y me dijo ‘agarra uno’ “, contó Ramona, sugar baby.

Los sugar daddies son profesionistas, ejecutivos de empresas transnacionales, hombres que pagan por la compañía de una mujer de su agrado.

Tener cierto tipo de relación, donde llegamos a un acuerdo ganar-ganar, yo gano su compañía y ellas obviamente buscan algo económico”, comentó Roco, sugar daddy.

Roco es sugar daddy desde que empezaron a estar en boga este tipo de relaciones hace 10 años, además de hacer obsequios, ha pagado de 300 a  mil 500 dólares mensuales a sus sugar babies, que ya suman una veintena.

Puede ser un acuerdo más a largo plazo, quizás una operación estética, quizás viajes a Estados Unidos, muy común la universidad o ayuda para los estudios”, agregó.

La web es la puerta principal al mundo de los sugar daddies y sugar babies.

Para buscar daddy, momma o baby en esas plataformas es necesario registrarse. El perfil incluye aspecto físico y preferencias sexuales. Son relaciones tasadas en dólares y euros. En México esta práctica no es delito, pero sí es propicio para delitos como trata de personas, violación y pornografía infantil.

Lo que es un delito es ser esa persona que prostituya a otros”, precisó Cinthya Solís, abogada especialista en ciberseguridad.

Ramona recurre al acuerdo por encuentro, que va de los dos mil a los cuatro mil pesos, y para ella es prostitución edulcorada.

 No quieren tener el nombre fuerte, pero sí es prostitución”, sostiene.

Para otros se trata de una forma de relación más sincera que las tradicionales.

Hacemos algo como que más honesto, es más fácil dejar de pagar y retirarte”, comentó Roco.

Con información de Sarahí Méndez

LHE