Un 21% de los nuevos casos de COVID-19 analizados en laboratorio pertenecen a la subvariante BA.2 de la variante ómicron, que generó inquietud por su aún mayor transmisibilidad y por no ser detectada por algunas pruebas, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) no la considera de especial riesgo.
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Según el informe epidemiológico semanal de la organización, la subvariante BA.2 está aumentando de forma estable y es incluso dominante en países como China, India, Dinamarca, Pakistán o Filipinas, según los datos de la red global de laboratorios GISAID, que trabaja junto a la OMS.
La subvariante BA.2 es como media un 84% más transmisible que la BA.1 (otro subvariante de ómicron), según cálculos de la OMS.
Sin embargo, informaciones iniciales que señalaban que esta subvariante no era detectable por pruebas parecen haber sido desestimadas por la OMS, que indica en el informe que algunas pruebas PCR, de antígenos y de anticuerpos muestran la misma efectividad con BA.2 que con BA.1.
Sobre el nivel de gravedad de las infecciones causadas por BA.2, y de acuerdo con la situación en distintos países, la OMS concluye que los contagios con este subvariante van asociados o bien a un descenso o a un mantenimiento en el número de hospitalizaciones, lo que en todo caso parece descartar que generen formas más graves de la enfermedad.
Tampoco parece variar la efectividad de las vacunas, concluye la OMS.
Con información de EFE
NRV