CORRUPCIóN

Sobrepoblación, hacinamiento y autogobierno, causas de declive en penal de Topo Chico

La vieja prisión, y una de las más representativas de la violencia en las cárceles mexicanas, cerrará sus puertas el 30 de septiembre debido a los insuperables vicios que la caracterizaron por años

La vieja prisión de Topo Chico, inaugurada en 1943 y una de las más representativas de la violencia en las cárceles mexicanas, cerrará sus puertas el 30 de septiembre debido a los insuperables vicios que la caracterizaron por años.

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En su lugar será instalada la nueva sede del Archivo Histórico de Nuevo León.

De esta manera, Topo Chico seguirá los pasos de la cárcel de Lecumberri, una prisión de negra historia que funcionó la mayor parte del siglo XX en Ciudad de México y es desde 1976 Archivo General de la Nación.

El secretario de Gobierno de Nuevo León, Manuel González Flores, informó a principios de septiembre que a fin de mes la prisión de Topo Chico dejará de albergar reos.

Desde fines de agosto, las autoridades penitenciarias estatales iniciaron los traslados de internos de Topo Chico y otros dos penales a centros federales de reclusión. Actualmente la población de Topo Chico es de dos mil 685 reos.

Llamada formalmente Centro Preventivo y de Reinserción Social Topo Chico, es una prisión estatal que debido al crecimiento de la ciudad quedó ubicada en la periferia del primer cuadro de Monterrey, capital de Nuevo León.

En los últimos tres años fue escenario de múltiples riñas y en diversas ocasiones los reos se han amotinado para denunciar la complicidad de las autoridades carcelarias con miembros del crimen organizado que controlan el penal.

En la última década una de las masacres que dejó 49 fallecidos se considera la más grave del país, esta ocurrió en febrero del 2016, cuando dos bandos del grupo criminal ‘Los Zetas’ se disputaron el control de Topo Chico.

La riña provocó que se incendiara la cocina, la bodega de víveres y otros puntos del penal.

Un segundo conflicto se suscitó en junio de ese mismo año y dejó un saldo de tres muertos y 21 lesionados.

De acuerdo con un informe publicado ese año por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la sobrepoblación, el hacinamiento, el autogobierno y la falta de personal carcelario en Topo Chico llevó a esta trágica situación.

Además, la CNDH detectó privilegios en celdas con lujo equipadas con pantallas e incluso saunas, objetos y sustancias prohibidas, así como la ausencia de protocolos para la prevención, manejo y control de motines y otros hechos violentos con los que ya no contaba el penal.

En marzo de 2019, una protesta por el traslado de 500 presos dejó un muerto y una treintena de heridos.

Para mostrar su poder dentro de la prisión, el 31 de diciembre de 2010 sicarios de Los Zetas sacaron de la prisión a una interna, Gabriela Muñiz Tamez, “La Pelirroja”, y la colgaron en un puente peatonal de una importante avenida de Monterrey debido a que era la novia de un capo del grupo rival, el Cártel del Golfo.

Se estima que el grupo obtenía en la prisión suculentas cantidades de dinero por cobro de cuotas de “protección” a reos de nuevo ingreso, venta de droga y otros negocios, de acuerdo con informes oficiales.

En su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2018, la CNDH identificó que el número de homicidios en las cárceles mexicanas bajó de 108 en 2017 a 31 en 2018.

Sin embargo, en el 34 % de los centros estatales, como Topo Chico, persiste la sobrepoblación y en el 44 % el hacinamiento en celdas.

Con información de EFE

TVR