Anner Sánchez, jornalero chiapaneco, vive en la colonia Jericó ubicada en Villa de Corzo, Chiapas; hace un año obtuvo una visa H2 para trabajar en Estados Unidos. Durante seis meses cultivó tomate en el estado de Virginia; aseguró que no fue un trabajo fácil.
“La calor es muy fuerte allá… como nos están pagando por hora, a nosotros nos da igual que nos quieran tener todo el día trabajando… En el contrato está a 10.72 la hora”, comentó Anner.
Hace ocho años, Anner entró como indocumentado por el desierto de Arizona para trabajar como jardinero en Wisconsin.
“Yo había sentido de que ya no la iba a librar. Caminar en el desierto está complicado… Ya así con papeles ya es otra cosa… Uno se va sin arriesgarse, porque si se va uno de ilegal se va uno arriesgando la vida”, afirmó.
Hoy, Anner conoce la diferencia de cruzar con papeles; él es uno de los 494 chiapanecos que en 2016 reclutó el Servicio Nacional de Empleo (SNE) para trabajar temporalmente en Estados Unidos. Este año planean enviar a tres mil mexicanos a campos agrícolas de ese país.
Donaciano Domínguez, coordinador del Servicio Nacional de Empleo, señaló que ir de manera legal a Estados Unidos “es un empleo formal, es un empleo seguro, es un empleo bien pagado… La gente puede ir con la tranquilidad de no andarse escondiendo de las autoridades americanas, porque tiene un permiso de trabajo”.
Pedro Bautista, indígena tzeltal originario de Amatenango del Valle, Chiapas, viajó en abril a Virgina; fue su primera vez en Estados Unidos.
El jornalero dijo que “tenía un sueño de ir allá y ver cómo está el trabajo, Estados Unidos, el lugar y todo… De pronto se hizo realidad”.
Lo que ganó durante seis meses representa lo que podría haber ganado en tres de años de trabajo, en los campos de su comunidad.
“Antes nos pagaban a 80 pesos, pero ahorita le van subiendo un poco también, ahorita nos están dando cien pesos… Allá si se gana otro poco más que acá… Siente uno que gana poco, pero ya en pesos mexicanos, rinde”, recalcó.
Con los cuatro mil 500 dólares ahorrados, unos 80 mil pesos, Pedro, como otros trabajadores temporales, decidió invertirlos en el futuro de su familia.
Con información de Raymundo Pérez Arellano.
RMT
