CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

Sismos de septiembre cambiaron la vida de habitantes de Oaxaca y Chiapas

En los últimos cien años, México no había sentido un terremoto como el de las 11:49 de la noche del jueves 7 de septiembre de 2017.

Con una magnitud de 8.2 grados y epicentro a 113 kilómetros de Pijijiapan, Chiapas, el sismo prácticamente devastó la zona del Istmo de Tehuantepec y la zona costera de Chiapas.

En medio de la incertidumbre, Ángel Sánchez Santiago sacó una bandera de México entre lo poco que quedó en pie del palacio municipal de Juchitán y, sin querer, se convirtió en un símbolo.

Cuando la vi ahí dije ‘No mi bandera no puede estar acá, entre escombros, no puede estar acá y mi pueblo no puede estar de rodillas ante este fenómeno”, dijo Ángel.

Durante las tareas de rescate tras el sismo, la perrita rescatista Frida se ganó el corazón de los mexicanos.

Frida es uno de los caninos que mejor y mayores resultados ha dado a la Secretaría de Marina”, afirmó Israel Arauz de la Unidad Canina de la Secretaría de Marina (Semar).

Ixtaltepec y Juchitán fueron las zonas más castigadas en Oaxaca, ahí inició la evaluación de daños y las tareas de reconstrucción.

Con el paso de los días, la gente que permanecía en las calles porque se quedó sin casa vivió una nueva emergencia: Requería lonas para resguardarse de las fuertes lluvias.

Chiapas fue la segunda entidad más afectada: 87 escuelas dañadas estaban en Pijijiapan, el lugar más cercano al epicentro del sismo.

Familias de Tonalá perdieron su patrimonio de más de medio siglo. La gente permanecía afuera de sus hogares por el temor de que un nuevo sismo derribara lo que les quedó.

En pueblos pesqueros y comunidades de la costa, los habitantes dormían a la intemperie.

Quienes pudieron iniciar la reconstrucción de su casa, en noviembre enfrentaron otra tragedia: En ambos estados se detectaron casi 300 casos de clonación y fraudes en las tarjetas de apoyo a damnificados. Las autoridades no han identificado a los responsables.

¿Cómo es posible que yo no tenga dinero, que mi tarjeta haya sido clonada, solamente yo la guardo”, cuestionó María Elena Jiménez, damnificada de Ixtaltepec, Oaxaca.

Otros no esperaron la ayuda y reconstruyeron sus viviendas con sus propios medios.

Aunque sea un cuartito donde dormir y ya después que vayamos remendando, así como cuando empezamos a hacer nuestro hogar”, dijo Julio César Méndez, habitante de Lázaro Cárdenas, en Cintalapa, Chiapas.

Pese a la tragedia, en varias comunidades afectadas celebraron las fiestas patrias.

Aunque la Ciudad de México quedó prácticamente intacta, el estado de los edificios conocidos como “Los Soldominios” anunció lo que ocurrió días más tarde.

El sismo del 7 de septiembre también dejó grandes muestras de la solidaridad ciudadana. La ayuda se volcó a centros de acopio a los que llegaba comida, ropa, medicinas y hasta juguetes para hacer felices a quienes más lo necesitaban en ese momento de adversidad.

Con información de Cecilia Reynoso

LHE