CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

El reto aún es grande a un año del 7S, dice funcionario de Sedatu

Armando Saldaña Flores, director general de atención a zonas de riesgo de Sedatu, señaló este jueves que el reto aún es grande en Oaxaca y Chiapas a un año del terremoto de 8.2 grados, ocurrido el 7 de septiembre del año pasado.

En entrevista con Las Noticias con Karla Iberia Sánchez, el funcionario señaló que ha sido un año de mucho trabajo para atender a las familias afectadas, con el apoyo del gobierno federal, estatales y con las autoridades municipales.

Admitió que el reto aún es grande y reconoció que gracias a las familias se ha podido rehabilitar a las viviendas afectadas con daño parcial. Dijo que hubo 40 mil viviendas con daño total en Oaxaca y Chiapas.

Agregó que, en el caso de Oaxaca, de las 26 mil viviendas afectadas ya hay 23 mil en proceso de reconstrucción y de las 14 mil en Chiapas, nueve mil están en este proceso de reconstrucción, pero esto se debe al apoyo de la gente.

Admitió que no ha sido un trabajo sencillo pues hubo falta de materiales, la mano de obra escaseó y los precios de los materiales se incrementaron.

Dijo que se ha dado un trabajo de seguimiento y de asesorías realizadas por la Comisión Nacional de Vivienda y todo esto ha llevado al resultado que más del 80% de los daños está en proceso de reconstrucción.

Saldaña Flores sentenció que los habitantes de Chiapas han hecho un llamado enérgico pues el gobierno de ese estado no ha puesto la participación que le corresponde, a pesar de que la regla de operación del fideicomiso marcaba un 50-50.

Aseguró que el presidente Enrique Peña Nieto ayudó a los estados y pidió al fideicomiso que la aportación de la federación fuera de un 75% contra un 25%. Aseguró que todos los estados aportaron, pero el gobierno de Chiapas “no ha puesto el dinero”.

Respecto a acuerdos que han hecho algunos afectados con constructores privados, Saldaña Flores sugirió a los afectados acercarse a la Profeco.

El terremoto de 8,2 grados dañó más de 23.000 viviendas en toda la zona del Istmo de Tehuantepec, en el sur de México.

Para muchas familias la emergencia no ha pasado, aunque las autoridades canalizaron distintos apoyos a la población tras el sismo que dejó casi 100 muertos, sobre todo en el sur de México, y afectó a 800.000 personas en el istmo.

Ese terremoto, que ocurrió a las 23:49 horas, con epicentro frente a las costas de Chiapas, fue el más fuerte en México desde 1932. Unos días después, el 19 de septiembre, otro sismo de 7,1 causaría graves daños sobre todo en Ciudad de México y 369 muertos.

Hay unas 8.500 viviendas que no han sido censadas para recibir apoyos porque pasaron de tener daños parciales a totales o se dañaron por réplicas y sismos menores que en un año llegan a 20.000, según datos del titular de Protección Civil de Oaxaca, Heliodoro Díaz Escárraga.

A un año de distancia, en Juchitán la iniciativa privada estima que más de 500 negocios pequeños y medianos cerraron sus puertas y unas 2.000 personas perdieron sus empleos.

En esta ciudad, catalogada como el centro comercial del Istmo de Tehuantepec, donde la economía se sostiene de las fiestas y el comercio, la alegría se convirtió en tragedia y durante un año no hubo festejos para contratar orquestas o grupos musicales.

Con información de Noticieros Televisa y agencia DPA

AAE