El sismo del 19 de septiembre de 2017 sacudió a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y derribó ‘La Esperanza’, una de las tres esculturas que lucían sobre el cubo de la torre del reloj.
El edificio tuvo una afectación moderada que es totalmente reparable. (Héctor Montaño, INAH)
El movimiento de 7.1 grados provocó la mayor tragedia en la historia de este templo.
Nunca antes habíamos tenido que enfrentar un desastre de este tamaño. Afortunadamente, aunque son daños de mayor relevancia en un sismo, son daños que catalogamos como moderados que no ponen en riesgo la estabilidad estructural de la Catedral”, señaló Arturo Balandrano, coordinador Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Sin embargo, por seguridad, las esculturas de ‘La Fe’ y ‘La Caridad’, que lograron permanecer de pie, tuvieron que ser removidas.
El conjunto escultórico de Manuel Tolsá, será intervenido por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH. (Héctor Montaño, INAH)
Ahora esas piezas, de 3.5 toneladas de peso, colocadas hace más de 200 años, se encuentran resguardadas al interior de la Catedral, mientras restauran ‘La Esperanza’, que además de historia, tiene un gran simbolismo para la nación.
La Catedral no estuvo terminada sino hasta después de casi 250 años y fue Manuel Tolsá el que la concluyó precisamente colocando las esculturas de ‘La Fe’, ‘La Esperanza’ y ‘La Caridad’ en la fachada, que más que embellecer únicamente, nos recuerdan que son los elementos que toda nación, que toda familia debería de tener. Si hace falta fe en nosotros mismos, en la pareja, en la familia, si hace falta esperanza, y si hace falta por supuesto el amor, la caridad, no se puede avanzar”, detalló el padre José de Jesús Aguilar, director de Radio y Televisión del Arzobispado.
Pero antes de que estas piezas sean regresadas a su sitio, se trabaja en restaurar las heridas que sufrió la Catedral en su interior.
Esculturas que forman parte del remate de la portada principal del inmueble. (Héctor Montaño, INAH)
Tiene daños importantes, tiene daños en las torres, tiene algunos desfasamientos de sillares de cantería, en los campanarios, tiene grietas en las bóvedas, tiene grietas en los muros. Este desastre involucra un gran reto. Para nosotros, poder restaurar las esculturas de Tolsá y volverlas a poner en su lugar, va a ser el símbolo de que logramos vencer a la adversidad los mexicanos”, señaló Arturo Balandrano, coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH.
Pese a que asegura que todos los daños son reparables, si no se atienden, la Catedral podría estar en riesgo de colapso en un futuro.
Los vanos de las torres-campanario se encuentran apuntalados. (Héctor Montaño, INAH)
Nuestra tarea en esta ocasión es volver a hacer el trabajo de restauración que le dé la solidez y el soporte necesario para que el sismo que venga realmente no vaya a sufrir un colapso que vaya a generar víctimas fatales, eso es lo que más nos importa y por supuesto, que el monumento prevalezca para las siguientes generaciones”, agregó Balandrano.
Hasta el momento, para las acciones de salvaguarda del inmueble, se han invertido 7 millones de pesos del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Se requerirán 54 millones de pesos más, que ya están autorizados, para la restauración total de los daños causados por el sismo. Se calcula que a finales de este año y principios del 2019 sean concluidos estos trabajos.
Al igual que la Catedral, 2 mil 342 edificios religiosos en todo el país, tendrán que ser rehabilitados tras los sismos de septiembre.
Concluidas las acciones emergentes, la expectativa es que, entre fines de este año o inicios de 2019, el edificio se encuentre completamente atendido. (Héctor Montaño, INAH)
Con información de Farah Reachi
KAH
