SALUD

Síndrome del Reposo Prolongado, el padecimiento que puede provocar el confinamiento por COVID-19

Este síndrome afecta el sistema músculo-esquelético y si no se previene o atiende oportunamente, puede generar problemas a nivel sistémico.

Sentirse cansado y sin fuerzas no significa que uno ya se contagió de coronavirus. Un prolongado confinamiento y falta de actividad física puede provocar el Síndrome del Reposo Prolongado.

“Lo único que me muevo es como del sillón a la cocina, de la cocina al sillón, estás en casa todo el tiempo, me empecé a fatigar y me espanté, dije: ay, ya me dio algo”, señaló Alma González.

Alma creyó que se había contagiado de COVID-19. Lo que realmente ocurrió fue que padece del Síndrome de Reposo Prolongado, un padecimiento que puede presentarse tanto en personas sanas que llevan días en confinamiento, como en personas que permanecieron inmovilizadas por hospitalización.

“La disminución de la actividad física, o la permanencia prolongada en cama. Va a hacer que se disminuya la masa muscular entre 1.5 y 2% al día, durante las primeras 2 o 3 semanas de reposo, si de plano no se movieron, atrofia muscular”, explicó Cristina Toral Espinosa, fisioterapeuta del Hospital Juárez de México.

Este síndrome afecta el sistema músculo-esquelético y si no se previene o atiende oportunamente, puede generar problemas a nivel sistémico.

“Aparición de neumonías, desde trombosis venosa profunda, lesiones cutáneas, y nos va a afectar internamente en nuestro sistema respiratorio, y también ya está muy comprobado que también a nuestro sistema cardiovascular”, comentó la fisioterapeuta Cristina Toral Espinosa

Alma acudió a valoración médica. Le recomendaron ejercicios de rehabilitación que no impliquen la aceleración excesiva del ritmo cardiaco.

“Movimientos de brazos, subimos, bajamos, abrimos hacia los lados, cerramos hacia el pecho, círculos de hombros y lo que son muñecas”, recomendó Ana Lizbeth Huacuja, fisioterapeuta del Hospital Juárez de México.

Si se practican al menos 30 minutos al día, estos ejercicios fortalecen el sistema inmune, pero su exceso lo debilita.

“Si nosotros realizamos ejercicio de alta intensidad, al contrario va a hacer que nuestro sistema inmune se deprima durante las primeras horas posteriores a esa actividad física, es mucho más alto el riesgo de contagio”, aclaró la fisioterapeuta Cristina Toral Espinosa.

Con información de Farah Reachi.

LLH