ECONOMíA

SHCP prevé impacto temporal en inflación por alza en gasolinas

La Secretaría de Hacienda rechazó que el ajuste al precio de las gasolinas y diésel vaya afectar a los sectores más desfavorecidos y descartó un aumento desbordado en la inflación.

En su informe semanal, la dependencia explicó que el ajuste afectará en menor medida a los hogares de bajos ingresos.

Recordó por ejemplo que de cada 100 litros de gasolinas que se venden en México, 70 son consumidos por el 30 % de los hogares más ricos. En contraste, el 30 % de los hogares de menores ingresos consumen sólo 5 de esos 100 litros.

Además, aseguró que el impacto del aumento el precio de los combustibles en los costos de las empresas y transportistas es mitigado por dos medidas fiscales: el consumo de diésel es deducible por las empresas, y el Impuesto Especial a la Producción y Servicios -IEPS- de diésel es acreditable contra el pago del Impuesto sobre la Renta.

La Secretaria de Hacienda explicó además que la mayoría de los programas de apoyo social reflejan en automático los cambios en la inflación, por lo que cualquier efecto causado por el ajuste en el precio de los combustibles se verá en el apoyo otorgado a los hogares más vulnerables.

También destacó que los precios más bajos de las gasolinas y diésel están en Veracruz, Tabasco y Yucatán, en donde se encuentran algunas de las comunidades con menor desarrollo del país.

Asimismo, la presencia de la refinería de Salina Cruz en Oaxaca ayuda a que en la zona de ese estado y zonas cercanas los precios se encuentren también entre los más bajos del país.

La Secretaría de Hacienda sostuvo que el actual ajuste en los precios de las gasolinas no será un factor que dispare la inflación.

Expuso que en el pasado hubo episodios con aumentos similares en los precios de los combustibles, sin que eso se trasladará en un aumento desbordado en la inflación.

Recordó, por ejemplo, de 2010 a 2013, se observaron incrementos en precios de los combustibles similares al aumento para la gasolina magna en enero.

En esos años, la inflación general se ubicó entre 3.5 % y 4.5 %. Además, como lo ha comentado el propio Banco de México, es un cambio de una vez en los precios que no debería de generar presiones inflacionarias permanentes.

Garantizó que el Banco de México se mantendrá atento, como lo ha hecho siempre, para cuidar que el aumento en los precios de las gasolinas no provoque efectos de segundo orden en los precios de los distintos bienes de la economía.

JLR