CRIMEN Y SEGURIDAD

Sexoservidores en Francia se oponen a la nueva ley sobre prostitución

Estamos en la zona de Bosque de Boulogne, al oeste de París. Aquí todos los días se instalan en sus camionetas o al borde de la carretera, detrás de los arbustos, decenas de mujeres y hombres que ejercen la prostitución. La mayoría son trabajadores independientes. Encontramos a muchas chicas provenientes de América Latina, también a travestis y transexuales.

Más discretos y menos numerosos que antes, pero ahí siguen. La muy polémica ley francesa sobre la prostitución, aprobada hace un año y medio, no castiga a los sexoservidores, penaliza a los clientes, con multas de 2 mil dólares y, si son reincidentes, de 4 mil billetes verdes. El objetivo de la medida: disuadir la compra de servicios sexuales.

Los detractores de la ley aseguran que ésta empujará a la clandestinidad a los sexoservidores y provocará que sean más vulnerables al abuso.

La asociación AIDES, que brinda ayuda a las personas prostituidas, advierte que la ley, lejos de frenar la actividad más antigua del mundo, afecta gravemente las condiciones de vida de los que ejercen el oficio. Hay más problemas de seguridad y de salud. Los clientes exigen sexo sin condones y a menudo maltratan impunemente a las prostitutas.

“Las relaciones con los clientes son cada vez más duras, los clientes tienen miedo, se muestran agresivos y exigen que todo se haga instantáneamente”, explicó Caroline Izambert, responsable de la asociación AIDES.

La inmensa mayoría de las prostitutas se opone a la ley, la tilda de represiva e hipócrita

“Es una ley que en vez de solucionar el problema lo va a aumentar. Lo único que va a lograr es meter la vida, la salud y la seguridad de las prostitutas en peligro”, subrayó Manuela, prostituta del sindicato de sexoservidores STRASS.

La organización El Movimiento del Nido, impulsora de la ley, asegura que desde su promulgación han sido multados más de mil clientes.

Al respecto, Grégoire Théry, secretario general de El Movimiento del Nido, puntualizó: “Queremos luchar contra los que explotan a las prostitutas”.

Se estima que cerca de 40 mil personas se dedican a la prostitución en Francia. Un 80% son migrantes, a menudo sin papeles, que ahora temen una pérdida de ingresos.

A primera vista, se trata de un gran avance, pero la ley, aprobada en el país que teorizó el libertinaje, no ha puesto fin al trabajo sexual. Solo lo ha estigmatizado.

Con información de Kasia Wyderko

AAE