El cuerpo de Rosario Lilián Rodriguez Barraza, “Chayito”, fue sepultado la tarde de este jueves en el Panteón Municipal de Elota, Sinaloa, acompañada por familiares, amigos y miembros de colectivos de búsqueda. A lo largo del día, la madre buscadora de 64 años de edad fue velada en su pequeña vivienda de la colonia Palos Blancos en la Cruz de Elota.
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Según las primeras indagatorias, la noche del martes, tras acudir a la misa para conmemorar el Día Internacional de la Desaparición Forzada en la colonia Víctor Manuel Quintero, Chayito le envió un mensaje a una sobrina diciendo “voy para allá”. Cerca de las nueve de la noche le avisaron al hijo menor de rosario, que una camioneta se la había llevado y comenzó su búsqueda. Dos horas después a las 23:15 horas, fue encontrada sin vida por vecinos de la zona de las vías del tren, en la misma colonia, a menos de diez minutos de distancia de la iglesia.
“A ella la encontraron en un callejón, envuelta en plástico y al lado de ella, la lona con la fotografía que llevaba ella de su hijo, en cuanto ella cruzó la vía, ahí se le atraviesa la camioneta, no fue accidente, tenía, así como otros golpes”, dijo un familiar de Rosario Lilián Rodríguez.
“Para Fiscalía es prioritario esclarecer la muerte de la señora Rosario Lilia primero por tratarse de una mujer y además de ser parte de un grupo sumamente vulnerable”, refirió Damaso Castro Zaavedra, vicefiscal zona sur Sinaloa.
En la Cruz de Elota dicen que Rosario fue “levantada” pues debido a su activismo con el grupo “Corazones Sin Justicia”, y a la búsqueda de su hijo Fernando Abixahy, desaparecido el 16 de octubre de 2019, fuerzas federales llegaron a su comunidad, lo que habría molestado a grupos delictivos que operan en esa zona de Sinaloa.
“Si llevamos los soldados se calienta el lugar, calentamos el terreno, si llevamos Marina o Guardia Nacional, pero por otra parte nos sentimos vulnerables si vamos solos, yo a veces he pensado irnos solas a las búsquedas para así no calentar terrenos, pero es muy riesgoso. A lo mejor eso pudo ser que algunas personas nos les gusto que trajera tanta gente”, señaló Alma Rosa, Representante Colectivo Voces Unidas por la vida.
Recordaron que ya le habían rociado gasolina a su casa para incendiarla, intentaron desaparecer a su otro hijo y en una ocasión le quitaron una camioneta.
“Es un tema de una doble re victimización, porque se trata de una mujer que precisamente en la exigencia de justicia en la búsqueda de su hijo, finalmente pierde la vida. No especifico que tenía una amenaza pero sabía que al mover el caso de su hijo podía poner en alerta a grupos delincuenciales que pudieran quererla agredir”, insistió Teresa Guerra, directora del Instituto de las Mujeres de Sinaloa.
Tras el crimen de Rosario las autoridades reforzaron la seguridad en la zona porque la familia se siente atemorizada.
“Es un dolor muy grande el de la familia, ver a las hermanas, que lloran y la familia que dicen si Rosario era muy buena, Rosario no se metía con nadie. Ahorita los veo como temerosos, aunque tengan seguridad y todo un cerco de seguridad saben que después se van a quedar solos”, concluyó Alma Rosa, representante Colectivo Voces Unidas por la vida.
Con información de Érika Palma
KAH
