Grupos de manifestantes se enfrentaron violentamente con las fuerzas de seguridad este viernes en Hamburgo, Alemania, prendiéndole fuego a automóviles y tratando de irrumpir en el centro de convenciones donde se celebra la Cumbre del G20.
La canciller alemana Angela Merkel condenó la violencia, tildándola de “inaceptable”.
Merkel agradeció a las fuerzas de seguridad por su labor, de proteger a la cumbre del Grupo de los 20 realizada en una zona de acceso restringido.
Miles de policías antimotines vigilaban unas 30 marchas de protesta. La mayoría de las marchas fueron pacíficas y hasta creativas, pero algunos manifestantes lanzaron bombas molotov, tubos de hierro y piedras.
Al caer la noche, algunos encendieron piras en las calles del barrio de Schanzenviertel.
Más de 20 mil agentes estaban disponibles para proteger las calles, los cielos y los ríos de la ciudad.
La policía usó chorros de agua para dispersar a los manifestantes, mientras otros agentes tuvieron que sacar a rastras a los descontentos que se habían sentado en las vías de acceso al centro de convenciones y que habían gritado a los convoyes que iban entrando.
Además, los manifestantes le impidieron a la primera dama estadounidense Melania Trump llegar al lugar donde las demás primeras damas realizaban un evento.
Los manifestantes repetidamente trataron de irrumpir en la zona restringida, entre ellos 22 nadadores de Greenpeace que trataron de llegar a la zona desde el río Elba, pero no lo lograron, según la policía.
Más tarde, los activistas trataron de llegar a la Sala de la Orquesta Filarmónica de Hamburgo, donde los líderes mundiales iban a escuchar un concierto y asistir a una cena. Buques de Greenpeace propalaron música a alto volumen para entorpecer el encuentro.
La policía condenó “la asombrosa criminalidad y el alto potencial de violencia”, y tuiteó una foto de un policía con una herida sangrante, producto de una piedra lanzada.
FJMM