CRIMEN Y SEGURIDAD

Secuestros y repetidas extorsiones afectan a ganaderos y comerciantes en Veracruz

Ganaderos y comerciantes de Vega de Alatorre, Veracruz, son víctimas de secuestros y extorsiones. Tienen miedo y la mayoría de los casos no han sido denunciados. Algunos ya pagaron rescate y los liberaron, pero les vuelven a exigir dinero para no hacerles daño.

Ser víctima de secuestro o extorsión se ha convertido en el principal temor de los habitantes del municipio de Vega de Alatorre, Veracruz, una región que tiene cerca de 30 mil habitantes, la mayoría dedicados a la ganadería, y que cuenta tan sólo con cuatro patrullas para su seguridad.

De acuerdo con la Asociación Ganadera de Emilio Carranza, en el principal poblado de Vega de Alatorre, durante el 2017, al menos 20 de sus socios fueron secuestrados tan sólo en esa localidad. Decenas más fueron víctimas de extorsiones, la mayoría de los casos no fueron denunciados.

Manuel Morales Rodríguez, presidente de la Asociación Ganadera Emilio Carranza de Veracruz, señala: “Desgraciadamente muchos se salieron de aquí, de esta asociación, por la inseguridad, y se fueron y posteriormente muchos hasta murieron porque por la enfermedad de diabetes, hipertenso, por lo mismo del secuestro que tuvieron hasta 8 o 10 días secuestrados”.

Los ganaderos que quedan en la Asociación, se niegan a cambiar su estilo de vida y a dejar las tierras en las que han vivido toda su vida.

Un hombre, víctima de secuestro, fue interceptado el 3 de septiembre del 2017 al salir de su rancho. Iba en su camioneta cuando los tripulantes de otra lo rebasaron y le cerraron el paso. Se lo llevaron por la fuerza a un lugar a cielo abierto. Ahí lo tuvieron con el rostro cubierto, atado de pies y manos.

Ya me metieron al monte y ahí estaban cuidándome tres cabrones y el otro se fue yo creo a hablar y ya me tuvieron todo el día”.

A sus familiares les dieron 24 horas para pagar el rescate. Aunque admite ya no sentirse tranquilo, dice que no se marchará.

Aquí es mi tierra, y yo aquí, pos desde chiquito aquí he estado, qué voy a dejar mi terreno a donde vaya hay malicia, pero nunca habíamos tenido esas cosas aquí”.

Lo mismo sostiene otro ganadero, que fue secuestrado en febrero del año pasado.

Me llevaron amarrado, me tuvieron cinco días en cautiverio, esposado y amordazado y nos sacaron lo que más pudieron”.

Antes de regresar a casa estuvo varias semanas hospitalizado, por su caso tampoco hubo denuncia.

Es lo malo, que todos tenemos miedo, nadie quiere denunciar”.

Otro hombre primero fue extorsionado, después sus dos hermanos fueron secuestrados. Su denuncia la presentó ante la Policía Federal.

Las víctimas fueron liberadas cinco días después tras el pago de un rescate, pero ahora de nueva cuenta le exigen dinero a cambio de no hacerle daño.

Tiene aproximadamente un mes que me hablaron y me pidieron otra cantidad de dinero, negocié con ellos y les tuve que dar una cierta cantidad (..) es el temor que tenemos de que sigan insistiendo, a que se les siga dando dinero o que pongan una tarifa ya mensual, de una cuota”.

Aunque los ganaderos de Vega de Alatorre son las principales víctimas de este delito, los comerciantes también lo han sufrido. En enero de este año, Andrea estuvo 10 días secuestrada junto con un taxista que no ha sido localizado.

Finalmente, la Policía la rescató en una casa de seguridad en Teziutlán, Puebla, en los límites con Veracruz.

Y lloraba yo solita encerrada ahí, en el clóset, digo diosito por favor sálvame, sácame, que venga alguien a sacarme”, dice la mujer.

Uno de los casos que más impactó a los habitantes de Vega de Alatorre fue el homicidio del ganadero y empresario Narciso Lorméndez.

El 13 de diciembre de 2016, al salir de su casa en Emilio Carranza, cuatro hombres armados intentaron llevárselo por la fuerza a él y a su hijo. Al enfrentarlos, Narciso fue asesinado.

Su familia abandonó el poblado durante casi un año, pero decidieron regresar para buscar justicia.

Melisa Lorméndez Aguilar, empresaria, explica: “Pienso en el fondo que, si algo nos hubiese pasado a nosotros, él habría sido incansable para poder lograr que, si bien la muerte no se puede compensar, los que nos quedamos podamos estar seguros”.

La investigación no ha avanzado y las pruebas incluso fueron alteradas.

Melisa Lorméndez Aguilar, empresaria, dice: “Cuando yo empiezo a preguntar: oye qué paso con las pruebas, qué paso con el arma, qué paso con el celular, a la persona a la que le dimos el celular me dijo: consideré no pertinente entregar el celular, no había muchas pruebas que sacar de ahí”.

Las autoridades municipales que tomaron posesión del cargo en enero de este año aseguran que con ayuda de la Marina y el Ejército han logrado contener la inseguridad, pues sólo cuentan con 26 policías, es decir 13 por turno.

Jorge Luis Pescador Tirado, jefe de la Policía Municipal de Vega de Alatorre, dice: “En comentarios de vecinos, en juntas vecinales que hemos tenido, nos han manifestado que muchos empresarios o ganaderos tuvieron que haber emigrado, pero esto fueron meses atrás, antes de tomar esta nueva administración”.

Los pobladores de Vega de Alatorre, municipio famoso por la elaboración de quesos y los cinturones piteados fabricados por sus artesanos, quieren retomar la tranquilidad con la que vivían.

Algunos se dicen dispuestos a denunciar ante las autoridades, pero es difícil hacerlo cuando ya no cuentan siquiera con una agencia del Ministerio Público en la localidad. La más cercana está en el municipio de Misantla, a unos 35 kilómetros de distancia.

Con información de Despierta con Loret

MLV