SALUD

Se le pudren las manos por lavárselas con limón

El sol de medianoche, un fenómeno solo ocurre en zonas polares -círculo polar ártico y círculo polar antártico- consiste en disfrutar 24 horas de sol continúas durante unas pocas semanas al año.

Y aunque se trata de una situación natural en esas latitudes, la realidad es que puede tener diversos inconvenientes asociados para el ser humano.

Un insólito efecto secundario fue el que sufrió un australiano de 29 años que practicaba turismo de aventura en Groenlandia durante las semanas previas a la época de sol de medianoche.

Durante su viaje, exprimió rodajas de limón para mezclarlas con el agua de su cantimplora y enriquecerla con vitamina C.

Gotas de jugo salpicaron sus manos y más adelante, al no encontrar manantiales, usó el agua que preparó agua para lavárselas.

(Live Science)

Este episodio no tendría importancia alguna si no fuera por el hecho de que dos días después este hombre encontró pequeñas lesiones moradas en sus manos.

Sufrió una fitofotodermatitis, según el caso publicado en el BMJ Case Reports.

Las lesiones amoratadas pasaron a convertirse en ampollas de pus, las cuales asociaban ardor y picazón.

Posteriormente, el paciente describió una sensación de “piel de zombie putrefacta”.

Cuando acudió al hospital a recibir atención médica, se pudo llevar a cabo el diagnóstico de sus males. Las ampollas se habían producido a causa de una reacción química a partir de un compuesto sensible a la luz presente en el jugo de limón.

Al entrar en contacto con los rayos ultravioleta (UV) del sol de medianoche, produjeron la dermatitis o inflamación de la piel.

Así se describe la fitofotodermatitis: “fito” (planta), “foto” (luz)) y “dermatitis” (inflamación de la piel).

(Live Science)

En este caso, el psoralen es el compuesto presente en el cítrico, que reacciona al ponerse en contacto con la piel humana y se activa con los rayos del sol, explica el Dr. Luit Penninga, coautor del informe y director médico del Hospital Ilulissat de la Región de Salud Avanna (Groenlandia).

“Cuando se pone jugo de limón en las manos o en otras partes de la piel y luego (se pone) al sol, se produce una reacción química que a su vez produce un daño cutáneo muy grave y la formación de ampollas”, dijo Penninga a la publicación Live Science en un correo electrónico.

Cabe destacar que los limones y las limas no son los únicos productos vegetales que pueden dar lugar a esta reacción.

El apio, los higos, el pasto del prado o algunas malezas, sin olvidar el aceite de bergamota, también podrían provocarla.

De hecho, se sabe que los camareros que usan jugo de limón continuamente en la elaboración de cocktais y se exponen al sol también llegan a desarrollar esta condición.

De forma particular, en Groenlandia, existen flores y arbustos capaces de dar lugar a la fitofotodermatitis.

Una de las primeras preguntas que se le hizo al hombre fue precisamente si había tenido contacto con alguna de estas plantas. Las lesiones del paciente fueron vendadas y recibió antibióticos con la finalidad de prevenir posibles infecciones bacterianas posteriores.

Así mismo, se le recomendó usar guantes para protegerse las manos de la luz solar. Tras dos meses, las lesiones se habían curado.

Con información de Live Science y El Españo.

LLH