ACCIDENTES

Saltos turísticos en paracaídas no tienen regulación oficial

En México no existe regulación oficial para las empresas que comercializan saltos en paracaídas, de acuerdo con Jorge Gaytán, director de Albatros Paracaidismo, aun así, dice, “por voluntad propia nosotros nos ceñimos a estándares internacionales, específicamente de Estados Unidos” para regular su actividad.

La tarde del 24 de marzo, una joven de 18 años y un instructor de paracaidismo de 34 años murieron porque su paracaídas falló cuando realizaban un salto en Tequesquitengo, Morelos.

Mauricio, el instructor, estaba “cien por ciento certificado”, tenía “tres o cuatro mil saltos” de experiencia; contaba con las licencias necesarias para ser Tándem Master otorgadas por la UPT (United Parachute Technologies) y la USPA (United States Parachute Association) y era un “instructor formal, querido por la comunidad de paracaidistas”.

Además, “el paracaídas contaba con los dispositivos de seguridad correspondientes, así como un mantenimiento y revisiones periódicas a cargo de expertos certificados en la materia, por lo que nunca nos habían generado problemas”.

Es la razón por la cual “estamos consternados [por el accidente] y no podemos dar una versión, porque no sabemos hasta que las autoridades definan” qué ocurrió, insiste Gaytán.

Los primeros reportes señalan luego de saltar ambos descendían sin problema en un paracaídas, sin embargo, éste se liberó cuando los tripulantes se encontraban a 400 metros de altura y ya no tuvieron tiempo de accionar el segundo paracaídas.

Al respecto, Gaytán confirma que “no existió falla en el paracaídas”, porque abrió “perfectamente bien, en caída libre normal; dicen instructores que lo atestiguaron que todo estaba normal”. Esos testigos, explica, estaban en el mismo avión, porque en “cada vuelo hay al menos cinco o seis instructores”.

Además, “hay gente en tierra que ve los despliegues de los paracaídas” y coinciden en que “pocos segundos antes del aterrizaje se presenció que soltaron el paracaídas principal”.

El mecanismo para soltar el paracaídas principal, explica, fue “accionado por alguien, porque cuando llegamos a donde se encontraban los dos, el sistema estaba accionado y no había daño evidente que diera indicio de que el mecanismo estuviera mal o que se hubiera activado por algún tipo de daño”.

El dispositivo para liberar el paracaídas principal, explica Jorge Gaytán, existe para que, “si hay un problema con la copa principal, sea liberada y se abra una copa de emergencia. El paracaidista tiene la opción de soltar la copa principal y accionar un segundo sistema”.

Además, el paracaídas principal, afirma, “abre en 99.99 por ciento de las veces sin problemas”.

Insiste en que en México el paracaidismo comercial no se ciñe a regulación específica, pero que, al certificarse con las normas de Estados Unidos, pueden “ofrecer procesos de seguridad que le permitan a instructores y visitantes que tengan una experiencia mejor o más segura”

Tampoco están “obligados a certificarse con la Fuerza Aérea Mexicana”.

Gaytán señala que los instructores y los clientes firman una responsiva, porque “arriesgan su vida” y es necesario “que todos estemos conscientes de que va la vida”.

Asegura que en la United States Parachute Association (USPA) existe una estadística que indica que “es más posible morir por un piquete de abeja o porque te caiga un rayo, que por un salto tandem”, por lo que esto “jamás había ocurrido; es un caso que incluso está estudiando el fabricante del equipo, y cuando se resuelva la investigación ellos quieren saber qué pasó, quieren estudiar a nivel internacional” este caso para prevenir.

En México, el Reglamento de la Escuela Militar de Paracaidismo fue publicado el 2 de abril de 2001, y fue firmado por el entonces presidente Vicente Fox Quesada. Existe, además, el Reglamento de la Ley de Aviación Civil, publicado el 7 de diciembre de 1998, durante la administración de Ernesto Zedillo Ponce de León; finalmente, el Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-076-SCT3-2000, pretende regular la prestación del servicio de transporte aéreo privado comercial y el capítulo 10 está específicamente dedicado a Operaciones de aeronaves para salto con paracaídas.

Hoy por hoy, dice Jorge Gaytán, director de Albatros Paracaidismo, “estamos enfocados a resolver lo más posible el asunto”.

 

 

(Con información de Trinidad Ferreiro)

tfo