A pesar de que Agua y Drenaje de Nuevo León aseguró en múltiples ocasiones que el agua que sale de las tuberías es potable, vecinos de las colonias Miguel Alemán y Talaverna Croc, en San Nicolás, no se animan a ingerirla.
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“Si sale pero sucia, tenemos que traer agua para beber, sabe sucia, muy revuelta”, explicó Arturo Medellín.
Son pocos los domicilios de estas colonias a los que llega apenas un hilito de agua, pero aseguran que tiene un color y sabor extraño.
“Agua si tenemos poquita, lo que pasa que tiene sabor raro, vengo a conseguírsela”, dijo Franco Andrick.
Los habitantes de las zonas más altas no tienen ni una gota en sus llaves, por lo que tienen que recorrer varias fuentes de agua purificada.
Esta agua la utilizan no solo para tomar, sino también para las labores básicas del hogar y hasta para bañarse.
Los afectados piden a Agua y Drenaje coloque una cisterna comunitaria o al municipio los apoye con pipas, pues se gastan hasta 100 pesos diarios en garrafones.
Con información de Daniela Aburto
HAVJ
