ESTADOS UNIDOS

Rinat Ajmetshin, último elemento de polémica en reunión de Trump Jr. y abogada

Rinat Ajmetshin, el exagente de inteligencia soviético que estuvo presente en la reunión de junio de 2016 entre Donald Trump Jr, hijo del presidente de Estados Unidos, y una abogada rusa, es el último elemento de una trama que no deja de enredarse. 

“No sabemos nada”, dijo el portavoz del Kremlin, al ser preguntado acerca de la presencia en la reunión de Ajmetshin, un “lobbista” afincado en Washington que se dedica a asesorar a oligarcas rusos y que ha confirmado que asistió al encuentro.

Nacido en 1967 en algún lugar de la entonces Unión Soviética, emigró a Estados Unidos tras la disolución de esta en 1991 y obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2009.

El exagente tiene ahora doble nacionalidad rusa y estadounidense y es miembro de un grupo de presión que defiende intereses rusos en Estados Unidos y, según reveló la cadena NBC, fue el quinto asistente a la polémica reunión de junio de 2016.

De acuerdo con la ONG Orkrítaya Rossia (Rusia Abierta) del exmagnate petrolero Mijaíl Jodorkovski, Ajmetshin “es una figura bastante misteriosa. Un lobbista, un resolvedor, que ayuda a los hombres de negocios rusos a llevar sus asuntos en Estados Unidos”.

A Ajmetshin se le conoce en Washington como un “pseudodefensor de los derechos humanos”, que crea fondos fraudulentos “que registra por unos 30 dólares en Texas” y “hace lobby en favor de los intereses del Kremlin o de algún gran negocio ruso”, asegura la periodista Karina Orlova.

Investigaciones periodísticas en Estados Unidos han identificado a Ajmetshin como el hombre que trató de impedir la aprobación en el Congreso del Acta Magnitski, una ley que impone sanciones contra funcionarios rusos presuntamente implicados en la muerte en prisión en 2009 del abogado Serguéi Magnitski.

También la abogada rusa protagonista de la reunión con Trump Jr, Natalia Veselnítskaya, es conocida por su lucha contra el Acta Magnitski, aprobada en 2012 y que establece sanciones como la prohibición de visados para viajar a Estados Unidos y la congelación de activos que estén bajo jurisdicción estadounidense.

La letrada niega que acudiera a la reunión para entregar información comprometedora sobre la entonces candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, y asegura que fue para hablar de temas relacionados con esas sanciones.

En su momento, Magnitski denunció una trama de corrupción por la que funcionarios rusos se apropiaron supuestamente de 230 millones de dólares.

Parte del dinero robado a la Hacienda rusa fue ingresado en cuentas bancarias estadounidenses, confiscadas después por las autoridades de ese país.

“Justo en este momento en torno a la historia de la muerte de Magnitski entra en escena Ajmetshin, que comienza a asesorar a la empresa Prevezon para recuperar sus activos congelados”, puntualiza Otkrítaya Rossia.

Prevezon pertenece a Denis Katsiv, hijo del vicepresidente de los ferrocarriles rusos, Piotr Katsiv, que ocupó un alto cargo en el Gobierno de la región de Moscú.

Fue precisamente la abogada Veselnítskaya la que representó a Katsiv hijo en su pleito en Estados Unidos para recuperar sus fondos.

En su labor de presión a favor de Prevezon, Ajmetshin trató de ensuciar la reputación de Magnistki, alegando que las denuncias del abogado muerto en prisión eran falsas, según investigaciones de medios estadounidenses.  

En declaraciones a la revista “Político” realizadas en noviembre pasado, Ajmetshin reconoció ser un oficial retirado del contraespionaje soviético, pero aseguró que ya no tiene relación con Moscú.

No obstante, algunos funcionarios estadounidenses sospechan que el exagente sigue manteniendo lazos con la inteligencia rusa.

RAMG