Después de casi un mes de haber realizado el levantamiento del asfalto y una vez que quedó terminado en algunos tramos el carril confinado de concreto, se puede apreciar que ya no existen los accesos para la población discapacitada.
Raúl Alberto Zepeda trabaja en la Torre Mayor y todos los días debe trasladarse en su silla de ruedas desde su casa, en la colonia Condesa, a la oficina, y de un recorrido que era de 15 a 20 minutos, hoy se amplía hasta 40 minutos, pues debe buscar la forma de llegar, aun con el riesgo de ser atropellado.
“A veces tengo que irme hasta la Glorieta de La Diana Cazadora y avanzar con los autos sobre el arrollo vehicular, para poder pasar del otro lado de la avenida. Desde que levantaron el asfalto, el trayecto de mi casa a la oficina, y de regreso en las noches, se ha vuelto un verdadero problema, y ahora que quedó el asfalto de concreto, desapareció el paso”, comentó Raúl.
Y es que entre la banqueta y el asfalto quedó una elevación lo suficientemente alta como para que una persona que se desplaza en silla de ruedas no pueda pasar sin ser auxiliada.
RAMG