En los años 70, María Elena Méndez aprendió de su padre el oficio sobre reparaciones de aparatos como calentadores y aparatos de aire acondicionado en un local ubicado de la colonia San Benito, en Hermosillo, Sonora; treinta años después, luego de dos robos que los dejaron en la ruina, la familia abrió el taller de bicicletas, pues les encantó la sencillez de sus piezas y por la gran cantidad de ciclistas que existen en la ciudad.
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Se sorprenden porque soy mujer y eso me fascina; yo doy servicio, explicó y aconsejo como armar, desarmar y poner cables a las bicicletas”, mencionó María Elena.
La mujer, de 57 años de edad, sostiene que todo lo que sabe de esta materia lo aprendió observando.
Nunca he agarrado una bicicleta, me da pavor, me da mucho miedo la velocidad, ¿qué raro, ¿verdad? Yo no he podido atreverme a montarme en una bicicleta”, expresó la mujer.
Su espíritu de servicio, conocido en la ciudad, hizo que un colectivo feminista de Hermosillo la invitara a impartir pequeños talleres de reparaciones básicas para que las ciclistas puedan salir de situaciones de emergencia en el camino.
Hoy está todo tan accesible, los medios, las redes sociales, ahí dice cómo se puede hacer, pero no es lo mismo estar frente a una pantalla que estar viendo las piezas, es algo excepcional ayudar, más que todo como mujer, a mi género, a una persona que está en condiciones difíciles”, comentó Elena Méndez.
Por encima de las reparaciones, a María Elena le gusta platicar con la gente que llega a su taller, en el que todos los días la acompaña su madre.
Pueden venir a Reforma #103, juntas hacemos oración para que todo marche bien y para que las personas que entran, sea para servirles, para ayudarles”.
Con información de En Punto
TVR
