A las ocho de la mañana, el Padre Raymundo ofició una misa en la calle 54 x 87 en el centro de Mérida, en memoria del llamado ídolo de México, Pedro Infante Cruz.
La mañana del lunes 15 de abril de 1957, en la esquina “La Socorrito”, se estrelló el bimotor XA-CUN de la empresa TAMSA en el que viajaban tres tripulantes: el piloto Víctor Vidal, Marciano Bautista y Pedro Infante.
Al impactarse la “calabaza” como le decía Pedro Infante, dos personas murieron, Ruth Rosell, de 20 años de edad, y el niño Baltasar Martín.
La casa donde cayó la aeronave es propiedad de Doña Remigia, quien tenía 20 años de edad.
“Jamás se había visto que un avión se cayera así, en un poblado donde hay tanta gente y vino a caer aquí en la 54, estando tanta gente se hicieron a un lado y estalló lo último que venía del avión”, relató la señora Remigia García.
Con música, poemas, una ofrenda floral y un sin fin de anécdotas, los yucatecos recordaron a Pedro Infante Cruz a 61 años de su muerte.
“Pedro Infante no ha muerto, Pedro Infante sigue vivo en sus canciones ese es el mensaje que traemos, a este lugar yo tengo viniendo como unos 10 años.”, dijo Justiniano Gorocica, visitante.
La lluvia no fue un impedimento, con paraguas o impermeables la gente acudió como cada año.
“Mi padre tiene 61 años de muerto, me siento muy contento por recordarlo así, muy feliz igual que toda la gente de aquí de Mérida”, comentó Armando Infante, hijo de Pedro Infante.
En el predio donde murió Pedro Infante se instaló un busto dorado, donde colocaron flores y fotos.
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Con información de Alejandro Sánchez
LHE
