POLíTICA

¿Quién es Liz Truss, la considerada Dama de Hierro de Reino Unido que duró seis semanas en el poder?

Con una visita a la reina Isabel II en su castillo de Balmoral, Truss iniciaba su mandato como primera ministra de Reino Unido

  • Con la renuncia de Liz Truss culmina el mandato más breve de un primer ministro en Downing Street

El pasado 6 de septiembre de 2022, con una visita a la reina Isabel II en su castillo de Balmoral, Liz Truss iniciaba su mandato como primera ministra de Reino Unido, pero no podía ser un buen augurio que la monarca muriera solo dos días después de recibir a la líder “tory”.

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Liz Truss tomó las riendas del Reino Unido con la idea de proporcionar una sacudida neoliberal al país y resucitar el espíritu de Margaret Thatcher, pero seis semanas de errores de cálculo y torpeza política han servido para fundir a quien aspiraba a convertirse en una nueva “dama de hierro”.

Liz Truss renunció hoy, 20 de octubre de 2022, por lo que culmina uno de los períodos más excepcionales y convulsos de la historia reciente británica, que acaba con el mandato más breve de un primer ministro en Downing Street.

La exprimera ministra alcanzó el cargo aupada en las primarias por las bases conservadoras, que apreciaron su discurso desacomplejado y su propósito de dar un giro a la derecha en el rumbo del país.

Pese a ello, a nadie se la escapó que en las votaciones previas entre los propios diputados “tories” ella nunca había encabezado las preferencias y solo pasó a disputarse el liderazgo con el exministro de Economía Rishi Sunak por apenas ocho votos.

Sin la legitimidad con la que contaba Boris Johnson gracias a su aplastante victoria en 2019 ni un gran respaldo en sus propias filas, Truss aterrizó en Downing Street con pies de barro.

Eso no obstó para que el 23 de septiembre su entonces ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, presentase la mayor bajada de impuestos en medio siglo, sin más plan para financiarla que endeudar al país; los mercados respondieron disparando la prima de la deuda soberana y hundiendo la libra.

Ese día fue el principio del fin para Truss. A partir de entonces solo pudo dedicarse a destituir a Kwarteng y enmendar una por una todas sus medidas, hasta llegar a la humillación final de ver al nuevo ministro de Economía, Jemery Hunt, desmontar este lunes por completo ante el Parlamento un plan lleno de “errores”.

Su rictus inexpresivo aquel día, en la bancada detrás de Hunt, le valió comparaciones en la despiadada prensa británica con un “espectro” que seguía en el cargo pero vacío de poder.

Sus últimos movimientos a la desesperada, como aparecer en la BBC para hacer acto de contrición y pedir perdón, no sirvieron para nada más que para dilatar un destino que ya estaba escrito.

“Brexitera” reconvertida

Antes de convertirse en primera ministra, había ocupado en el último año la cartera de Exteriores, desde donde desplegó una dura retórica contra Rusia y China, y dirigió un choque con la Unión Europea (UE) que todavía amenaza con derivar en una guerra comercial.

Ella fue la impulsora de la ley que permitirá a Londres incumplir el acuerdo del Brexit y se erigió en la primera defensora de las “oportunidades” que vislumbra el Reino Unido fuera de la UE, a pesar de que defendió con pasión la permanencia antes del referéndum de 2016 -abandonar el bloque sería una “tragedia”, llegó a escribir-.

Pese a todo, como jefa del Ejecutivo pareció adoptar un enfoque más posibilista hacia la cuestión europea.

Con fama de ser una política hábil en las distancias cortas, durante la campaña de las primarias “tories” y su corto paso por Downing Street crecieron las dudas sobre su capacidad de movilizar a las masas, especialmente como sucesora de alguien tan carismático como Johnson.

Crecida en una familia de izquierdas. Republicana ella misma durante su juventud en un país monárquico. Liberal-demócrata antes que “tory”. Truss fue capaz de superar todas sus contradicciones para crecer dentro del Partido Conservador con una carrera firme en la que su primer cartera ministerial, Medio Ambiente, le llegó en 2014.

Sirvió en los gabinetes de David Cameron, Theresa May y Boris Johnson, quien le dio la gran oportunidad de su carrera al pasarla de Comercio Internacional (donde había fraguado los primeros acuerdos pos Brexit con terceros países) al Foreign Office.

En Exteriores obtuvo el trampolín desde el que aspirar al plato fuerte, la jefatura del Gobierno. Solo seis semanas después, la deja con la cabeza gacha y como un borrón, muy breve, en los libros de Historia.

Liz Truss y la reina Isabel II. Fuente: EFE

Tirón popular a prueba

Con fama de ser una política convincente y hábil en las distancias cortas, durante la campaña de las primarias “tories” surgieron, sin embargo, dudas entre los comentaristas políticos sobre su magnetismo para movilizar a las masas, una de las principales bazas con las que Johnson arrasó en las elecciones de 2019.

Su promesa de combatir la inflación con bajos impuestos para empresas y trabajadores convenció a la mayoría de los 160 mil afiliados del Partido Conservador con derecho a elegir al líder, que tienden a situarse a la derecha del espectro político respecto al conjunto de votantes “tories”.

Su prueba de fuego, con todo, será en las urnas. Truss hereda la enorme mayoría absoluta que logró Johnson, pero estará obligada a convocar unas generales antes de enero de 2025, en las que pondrá a prueba su tirón popular. Si los comicios se celebraran ahora, el Partido Laborista ganaría con holgada ventaja.

A la sombra de Thatcher

En uno de los primeros debates de las primarias conservadoras, Truss apareció vestida con una americana negra y una camisa blanca con un gran lazo al cuello. A pocos comentaristas se les escapó que su atuendo era idéntico al que Thatcher lució en una intervención televisada durante la campaña que la llevó al poder, en 1979.

No era la primera vez que emulaba la imagen de la Dama de Hierro. Poco después de asumir Exteriores, Truss aprovechó una visita a Estonia para dejarse fotografiar sobre un tanque del Ejército británico, una instantánea que fue inmediatamente comparada con una célebre imagen de Thatcher visitando a las tropas en Alemania Occidental en 1986.

Aunque se declara “frustrada” por las constantes comparaciones con la exprimera ministra, sus intervenciones en las primarias estuvieron siempre plagadas de referencias implícitas y explícitas a ella.

En línea con el ideario thatcherista, una de las primeras medidas que espera adoptar como jefa de Gobierno es cancelar la subida del impuesto de sociedades que había programado Johnson.

La nueva primera ministra cree que con la inflación disparada por encima del 10%, con perspectivas de que pueda superar el 18% el próximo año, la prioridad de su Gobierno no debe ser reducir la inmensa deuda acumulada durante la pandemia, sino estimular las inversiones y el crecimiento.

Durante las primarias, también propuso medidas para reducir el sector público. La más polémica de ellas, recortar el sueldo a todos los funcionarios que viven fuera de Londres, provocó tal revuelo que se vio obligada a dar marcha atrás en menos de 24 horas.

Educada en un hogar de izquierdistas

Uno de los primeros datos sobre su vida que Truss detalla en su página web oficial es que tuvo “unos padres de izquierdas”, y recalca con orgullo que logró “romper el molde” familiar.

Su madre, enfermera, la llevaba de niña a manifestaciones contra Thatcher y la proliferación nuclear, y su padre, profesor de matemáticas, no supo que se había afiliado a los conservadores hasta que descubrió “horrorizado” una carta del partido en el buzón, según ella misma relató.

Como presagio temprano de lo que iba a deparar su vida, con solo siete años le tocó interpretar el papel de la Dama de Hierro en unas elecciones simuladas en el colegio. Perdió aquella votación, pero el entusiasmo por la política no la abandonó.

Se afilió como estudiante de Filosofía, Política y Economía en Oxford al Partido Liberal Demócrata y llegó a participar en uno de sus congresos, en el que defendió abolir la monarquía, pero se acabó afiliando a los “tories”.

Varias décadas después, ya en la cumbre de la política británica, Liz Truss duda si sus padres votarán por ella:

“Pienso que mi madre lo hará, no estoy segura sobre mi padre”, admitió.

¿Qué pasará cuando muera la reina de Inglaterra?

 

Con información de EFE.

RMT