POLíTICA

¿Quién es Daniel Ortega, presidente de Nicaragua reelegido por cuarta ocasión?

Desde 2017, lo acompaña en la vicepresidencia Rosario Murillo, de 70 años, vocera exclusiva del gobierno

  • Daniel Ortega presidió el país por primera vez entre 1985 y 1990

Daniel Ortega, guerrillero de gruesos anteojos que combatió la dictadura de Anastasio Somoza, se ha convertido cuatro décadas después en el presidente que más tiempo ha gobernado Nicaragua, lo que le ha costado ser comparado con el personaje que él mismo ayudó a derrocar.

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Daniel Ortega presidió el país por primera vez entre 1985 y 1990, un efervescente período de cambios revolucionarios que le enfrentó a Estados Unidos, y retornó al poder en 2007.

Desde entonces, Ortega, de 76 años, ha sido reelegido en tres ocasiones, todas cargadas de polémica.

En 2011 se pudo presentar a las elecciones gracias a un fallo judicial, ya que la reelección presidencial sucesiva estaba prohibida. Cinco años después gracias a una reforma constitucional que eliminó esa norma. Y el pasado 7 de noviembre con sus principales rivales opositores presos acusados de conspiración al amparo de leyes promovidas por su propio gobierno.

Aunque sus mandatos han estado marcados por una estabilidad macroeconómica, la modernización de la red vial y proyectos contra la pobreza, en 2018 Ortega enfrentó masivas protestas en contra de una impopular reforma del seguro social y denuncias de corrupción.

Tanto las más de 300 muertes que dejó la represión de las manifestaciones como el encarcelamiento de opositores motivaron sanciones internacionales.

Sus críticos consideran que el gobierno de Ortega está controlado por su familia, empezando por su esposa y vicepresidenta por segundo mandato, Rosario Murillo.

Ellos “sin poder político no pueden sobrevivir”, afirmó el año pasado desde el exilio la hijastra de Ortega, Zoilamérica, quien en 1998 lo denunció por abuso sexual, lo que le valió la ruptura de relaciones con su madre.

El presidente nació el 11 de noviembre de 1945 en el seno de una familia humilde y católica del pueblo minero de La Libertad.

De sus tres hermanos solo vive Humberto, exjefe del ejército, quien se ha distanciado de él y vive en Costa Rica.

Monaguillo y con vocación sacerdotal, Daniel Ortega abandonó la facultad de Derecho para enrolarse en la guerrilla Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), hoy partido de gobierno.

El mandatario fue uno de los verdugos de su propio torturador durante la dictadura somocista (1937-1979) y purgó siete años de cárcel por robar un banco para financiar la guerrilla, según el periodista Fabián Medina, autor de “El Preso 198”, un perfil de Ortega.

Tras ser liberado, Ortega se entrenó en Cuba y volvió a Nicaragua, con exilios intermitentes hasta el derrocamiento de Anastasio Somoza.

Para Medina, Ortega llegó al poder por tres razones: desde los 15 años era un joven animado a cambiar la sociedad “por medio de la violencia”, “sobrevivió en ese intento” a diferencia de la mayoría de sus compañeros de armas y mientras que “su personalidad calma y de pocas luces” fue clave cuando se tuvo que escoger a un jefe de Estado “en medio de una lucha de egos de guerrilleros”.

Ortega perdió la elección contra Violeta Barrios de Chamorro en 1990. Y no descansó hasta regresar al poder.

Desde 2017, lo acompaña en la vicepresidencia Rosario Murillo, de 70 años, vocera exclusiva del gobierno.

Su romance se inició durante el exilio en Caracas. Antes, Ortega leía los poemas de Rosario en prisión, en los periódicos que entraban clandestinamente. Tuvieron juntos siete hijos, a los que se sumaron otros tres que tuvo Rosario de compromisos anteriores.

La pareja dirige con mano firme el FSLN y mantiene el control de todas las instituciones del Estado.

El liderazgo de Ortega es exaltado por sus seguidores, sobre todo por los programas de combate a la pobreza que emprendió durante sus primeros años con ayuda de Venezuela.

Pero la represión que ejerció contra las protestas del 2018 hundió al país en una crisis política que llevó a la cárcel a cientos de opositores, mientras que miles se exiliaron.

Ortega atribuyó la revuelta a un fallido golpe de Estado apoyado por Washington y que, según él, trató de ser replicado este año por unos 40 opositores que fueron detenidos, lo que dio paso a nuevas sanciones internacionales.

“Piensan que con sanciones van a doblegar”, ha desafiado Ortega, quien en diciembre reanudó relaciones diplomáticas con China, que se perfila como su nuevo gran aliado, tras romper sus vínculos con Taiwán.

Para el escritor Medina, “Ortega terminó convertido en un personaje igual o peor que el que ayudó a derrotar, Anastasio Somoza”.

Con información de AFP

LSH