CONFLICTOS ARMADOS

Putin ordena tregua humanitaria en Guta Oriental, Siria

El presidente ruso, Vladimir Putin, acusado por Occidente de permitir la sangrienta ofensiva de Damasco contra el bastión opositor de Guta Oriental, ordenó una tregua humanitaria desde mañana martes para evitar más víctimas civiles.

“Por orden del presidente ruso y con el objetivo de evitar víctimas entre la población civil de Guta Oriental, desde el 27 de febrero (…) se introducirá una pausa humanitaria”, anunció Serguei Shoigu, el ministro de Defensa ruso.

La tregua, que el ministro vinculó directamente con la resolución 2401 aprobada el fin de semana por el Consejo de Seguridad de la ONU, entrará en vigor diariamente a las 09:00 de la mañana y expirará a las 14:00 horas.

Rusia no se limitó a anunciar una tregua, sino que “abrirá un corredor humanitario para la salida de civiles” y la evacuación de heridos y enfermos de Guta oriental, cuyas coordenadas serán anunciadas “en breve”.

La resolución de la ONU, que Rusia aceptó no vetar sólo después de ciertos cambios, demanda “que todas las partes cesen las hostilidades sin retraso” y que se comprometan a mantener una “pausa humanitaria de al menos 30 días consecutivos en toda Siria”.

Su principal objetivo es permitir la entrada segura de los suministros de ayuda humanitaria con destino a la población necesitada.

“Es hora de parar este infierno sobre la Tierra”, había afirmado sólo unas horas antes en Ginebra el secretario general de la ONU, António Guterres.

Putin, que ya ha ordenado varias pausas humanitarias desde que las tropas rusas intervinieran en el país árabe en 2015, tomó la decisión tras abordar la escalada de tensión en Siria con su plana mayor, incluido Shoigú y el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.

En dicha reunión, según informó el Kremlin, también se denunciaron “las continuas provocaciones de los terroristas” que controlan Guta Oriental.

Precisamente, el Kremlin se comprometió a cumplir la 2401 con la condición de que no incluya a los “terroristas” y no suponga un obstáculo para las acciones militares de Damasco contra los yihadistas.

La postura rusa es bien conocida: hay que proteger a la población civil, pero la prioridad para la comunidad internacional debe ser acabar de una vez por todas con la amenaza terrorista.

Lavrov desveló la pasada semana que militares rusos “plantearon a los terroristas abandonar Guta Oriental por las buenas”, pero éstos se negaron.

Al respecto, Guterres recordó que las partes en conflicto y los países con influencia política y militar tienen “absoluta obligación de proteger a los civiles”.

“Los esfuerzos por luchar contra el terrorismo no reemplazan estas obligaciones”, destacó.

Putin viajó en diciembre a Siria para clamar victoria sobre el terrorismo yihadista tras la toma de Alepo, aunque desde principios de año se han intensificado de nuevo los combates en el país árabe, lo que ha agravado la situación humanitaria en la zona.

Aunque los combates no son tan intensos como a principios de la pasada semana, la ONU denunció que los bombardeos continuaron esta mañana y, de hecho, al menos 17 personas, entre ellas cuatro menores y una mujer, murieron hoy en los nuevos ataques, con lo que el saldo mortal en Guta Oriental desde el 18 pasado supera el medio millar.

El Kremlin rechazó desde un primer momento las acusaciones de que estaba detrás de la matanza de civiles y culpó de la situación en Guta Oriental a “aquellos que apoyan a los terroristas que siguen allí presentes”.

“Y, como ustedes saben, ni Rusia, ni Siria, ni Irán se encuentran en esa categoría”, dijo Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin. A su vez, Shoigú recordó que Guta Oriental “no es el único foco de tensión para civiles y refugiados” y aludió al campamento de Al Rukban, junto a la frontera con Jordania, una zona “que está controlada por Estados Unidos”.

Por ello, propuso también declarar una pausa humanitaria y abrir corredores en esa zona “para que los civiles puedan regresar a sus casas”.

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Shoigú también abogó por la urgente creación de una comisión humanitaria bajo los auspicios de la ONU para valorar la situación humanitaria en Al Raqa, donde no hay acceso ni para organizaciones internacionales ni para la prensa.

Según los datos en poder de Rusia, la situación epidemiológica es “gravísima”, ya que aún hay muchos cadáveres entre los escombros de los edificios derruidos.

En cuanto a Afrín, el otro foco de tensión militar en Siria, el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió a su colega turco, Recep Tayyip Erdogan, de que la tregua humanitaria también incluye el disputado enclave kurdo.

En víspera de la llegada a Moscú del ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, Macron subrayó que los garantes del acuerdo de Astaná, auspiciado por Rusia y Turquía, “tienen una responsabilidad directa que debe traducirse sobre el terreno”.

Con información de EFE

HVI