CRIMEN Y SEGURIDAD

Presentan el caso Atenco ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos

El 3 de mayo del 2006 se realizó un operativo en san Salvador Atenco. Policías de diferentes corporaciones, enfrentando a quienes se oponían a la construcción del nuevo aeropuerto en la zona agrícola de Texcoco.

Treinta y un mujeres denunciaron abusos y tortura sexual, durante el operativo.

A 11 años de distancia, 11 de ellas siguen esperando justicia.

Ninguna persona, de la burocracia, se manda por sí sola. Fue un operativo bien hecho, un operativo en el que dijeron pueden golpear, pueden violarlas, no va a haber castigo y en 11 años no ha habido castigo”, afirmó Angélica Patricia Torres Linares, declarante ante la Corte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Su lucha llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Hasta el momento, mientras hemos estado en el ámbito nacional, el Estado mexicano no ha respondido, no nos han respondido, entonces queremos esa investigación, queremos avances en la parte medular que tiene que ver con este litigio”, manifestó Bárbara Italia Méndez Moreno, declarante ante la CIDH.

Este 16 de noviembre, la Corte escuchó los testimonios de algunas de las denunciantes, en presencia de representantes del Estado mexicano.

Bárbara Italia Méndez fue la primera en dar su testimonio. Dijo que el 4 de mayo estaba en San Salvador Atenco, en su labor de atención a menores vulnerables. Cuando se vio en medio del operativo, se refugió en una casa, a donde llegó la Policía Federal.

En ese momento me dijeron que estaba detenida, junto con las demás personas que se encontraban ahí, me pusieron contra la pared y me hincaron y pusieron mis manos sobre la nuca, comenzaron a golpearme. Llevada arrastrada hasta el último asiento del autobús y en ese lugar comenzó…pues lo que para mi representa el infierno. Contaban a la gente y cada vez que contaban a la gente, cada vez eran menos personas y nos decían que la gente estaba muriendo y que la estaban tirando en el camino y yo solamente esperaba cuándo fuera mi turno para que eso ocurriese”, recordó Bárbara Italia Méndez.

Angélica estaba también en San Salvador Atenco, había ido para documentar los hechos, pero se vio envuelta en el operativo. Como bárbara, buscó refugio, pero también fue detenida por gente uniformada, quienes, según su declaración, la interrogaron, la golpearon y la llevaron hasta un autobús. Así lo relató ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Dieron la instrucción de que nos pusieran en los asientos, yo me puse en el asiento, pero mis pies en el piso, arrodillada y mi cabeza estaba en el asiento con las manos en la nuca, así todo el trayecto que duró muchísimo tiempo, fue bastante tiempo lo que duró, me iban pegando, me iban amenazando, iban haciendo paradas que yo no sabía a dónde me llevaban”, afirmó Angélica Patricia Torres Linares.

Otra mujer, Gabriela Cuevas Jaramillo, quien asistió como estudiante de periodismo y con la intención de documentar los hechos de ese 3 de mayo, fue también víctima de las agresiones. A su decir, los policías no discriminaron al momento de agredir:

Observé que a perros les golpeaban y me dio, por eso corrí, pensé que como periodista no tenía que correr, pero al ver que hasta a los perros les pegaban, a los viejitos les pegaban tuve que correr”, dijo.

Los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) escuchan los testimonios de las víctimas del grupo de las once mujeres mexicanas presuntamente abusadas en San Salvador Atenco en 2006. (EFE)

Las denunciantes fueron trasladadas al penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez. Según su relato, la pesadilla no había terminado.

¿Cómo es posible que me hayan llevado como al penal de máxima seguridad de mi país? ¿Pues qué delito había cometido? Entonces un policía me agarró del pantalón, de donde se pone el cinturón y me jaló, me puso contra la pared y metió su mano en mi vagina…y ahí estuvimos y me siguieron pateando”, lamentó Angélica Patricia Torres Linares, declarante ante la CIDH.

El proceso, por el que la mayoría de las ofendidas estuvo más de dos años en prisión, fue, también, una extensión de la denuncia de violaciones a sus derechos:

“Es decir: presa, declarando atrás de una reja, sin abogado, sin ver al juez en persona”, afirmó Raúl Zaffaroni, juez de la Corte Interamericana.

La audiencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos se prolongará hasta el día viernes, se escucharán los testimonios, tanto de las víctimas, como de expertos en la materia, para que los jueces puedan emitir una resolución.

Con información de Marco Dueñas

AGHO