Tras permanecer 28 años preso, la madrugada del 9 de agosto de 2013, Rafael Caro Quintero abandonó el penal estatal de Puente Grande, Jalisco.
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Antes, había estado en las cárceles de alta seguridad de la misma entidad y el Estado de México.
Lo hizo por medio de un amparo concedido por tres magistrados de Jalisco, quienes consideraron que por el secuestro y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar y el piloto mexicano, Alfredo Zavala, Caro Quintero debió ser juzgado en el fuero local y no en el federal como se hizo.
Sin embargo, tres meses después y a petición de la entonces PGR y de los familiares del piloto mexicano, la corte revisó el amparo otorgado y resolvió revocarlo, al determinar que los jueces federales sí eran competentes para conocer el caso.
El 16 de enero de 2015 un tribunal federal ratificó la sentencia contra Caro Quintero y se le giró una orden de reaprehensión.
Desde entonces fue considerado un prófugo de la justicia hasta este 15 de julio de 2022.
Le faltan por cumplir 12 de los 40 años a que fue sentenciado por el caso Camarena, ocurrido en febrero de 1985.
Cinco meses antes, en noviembre de 1984 fuerzas militares habían asegurado el rancho “El Búfalo”, ubicado en Chihuahua, propiedad de Caro Quintero, donde fueron encontradas miles de toneladas de mariguana.
Este hecho fue catalogado como histórico y según la DEA, se debió a la información proporcionada por el agente Enrique Camarena, lo que desató la ira y venganza del narcotraficante.
Luego del doble asesinato, Caro Quintero huyó a Costa Rica en compañía de Sara Cosío, quien era sobrina de un exgobernador de Jalisco.
Fueron detenidos el 4 de abril de 1985 y traídos a México.
A esta detención siguieron las de Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo.
Fue así como terminaron presos los 3 líderes del llamado Cártel de Guadalajara.
La organización delictiva que dominó el tráfico de drogas en México en los años 70s y 80s del siglo pasado.
Actualmente, Rafael Caro Quintero, nacido en Badiraguato, Sinaloa, tiene 68 años de edad.
Se inició en el narcotráfico a los 14 años.
Por su astucia y fuerte carácter, una década después ya era una de las cabezas del cártel de Guadalajara..
Aún no cumplía 30 años y ya se le atribuía una fortuna de varios cientos de millones de dólares.
Rafael Caro Quintero fue conocido como “El príncipe” o el “Narco de narcos”.
Con información de N+
HAVJ
