En Puebla, luego de varios ataques del crimen organizado contra la Policía Estatal, el más sonado, el levantón de 11 elementos en Nuevo Necaxa el 30 de marzo pasado, los oficiales denuncian que están perdiendo la batalla contra el crimen y piden que el gobierno del estado retome el control y que se elabore una estrategia. Puebla está en pleno proceso electoral.
La delincuencia ya nos está rebasando en cuestión de estrategia, en cuestiones de armamento y el grupo delictivo trae camionetas del año, camionetas en óptimas condiciones”, afirmó Luis, policía estatal de sierra norte.
Luis, de 40 años de edad, es jefe de grupo de la Policía Estatal en la sierra norte de Puebla. Reconoce que, poco a poco, el crimen organizado ha ido superando a la institución a la que ha servido durante dos décadas.
Los compañeros que llevamos 15, 20, 25 años, nos hemos dado cuenta, no le podemos hacer frente a este grupo organizado que ya está en el estado, ya tenemos al Cártel Jalisco Nueva Generación, que es uno de los más fuertes, tenemos a La Familia Michoacana, necesitamos unidades, necesitamos armas automáticas, necesitamos sistemas de rastreo”, detalló.
El levantón contra 11 policías estatales, ocurrido el pasado 30 de marzo en la comunidad de Nuevo Necaxa, en el municipio de Juan Galindo, evidenció que los policías estatales adscritos al municipio vecino de Xicotepec no estaban preparados para un ataque de ese tipo.
Fue inusual, se han suscitado diferentes circunstancias, pero de diferentes formas, no con grupos armados”, recalcó otro policía estatal.
El levantón habría sido ordenado por el grupo de huachicoleros conocido como “Los Michoacanos”, asentado en la sierra poblana y liderado por Abel “N”, alias “El Michoacano”, en represalia por los operativos contra el robo de combustible.
Este grupo de personas ya organizadas, optó por darles el levantón a los compañeros como una prueba de que ‘te tienes que retirar o te retiramos’, que no siguieran trabajando, que retiraran todos los dispositivos de prevención que se hacen sobre caminos de terracería, sobre carreteras”, dijo Luis, policía estatal de la sierra norte.
Los policías dicen que lo ocurrido en Nuevo Necaxa es sólo un ejemplo de los ataques contra policías en municipios como Puebla, Izúcar de matamoros, Huehuetlán El Grande, Chignahuapan y Huauchinango.
Tan solo el pasado 16 de marzo se reportó la desaparición de Juan Cuatlal Luciano Reyes, elemento de la Policía Estatal, asignado al Centro de Operaciones y Emergencias (Copem), de Huejotzingo. Su cuerpo habría aparecido junto con otros siete, en el municipio de Amozoc, tras presuntamente haber sido desenterrados de un predio cercano al mercado Morelos.
Nos mandaron a hacer el perfil genético y ahorita estamos en espera de los resultados, yo hago responsable a estos señores, la Policía Estatal, me dicen que no lo vieron, y entonces yo les pregunté ¿Cómo va vestido? y me dijeron “va vestido de policía”, relató Inés, madre de Juan, policía de Huejotzingo.
Ni el secretario de Seguridad Pública de Puebla, Manuel Alonso García, ni los mandos y subordinados se pronuncian sobre lo que, a los ojos de estos policías, es una guerra declarada del crimen organizado contra la Policía Estatal.
Hay contagio de emociones y muchos lo toman de otra forma, el miedo llega a penetrar en las filas, todos tenemos miedo, pero jamás, jamás vamos a hacerlo público”, reconoció uno de los policías estatales.
La delincuencia ya le declaró la guerra, así como tal, a la Policía Estatal, si la Policía Estatal sigue trabajando, sigue con sus operativos en el centro, van ir levantando a los elementos, a los comandantes ¿Qué vamos a esperar? ¿Qué sigan matando más policías?”, cuestionó Luis.
Con información de En Punto
LHE
