“Entonces pues saliendo de la primaria pues qué más queda, agarrar las armas y defenderse de los delincuentes porque no hay ni maestros”.
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Su nombre es José Luis, tiene 8 años y se acaba de integrar a la policía comunitaria de Ayahualtempa, Guerrero.
José tiene 12 y el año pasado le enseñaron a disparar un arma para defender a su pueblo de posibles ataques del grupo criminal “Los ardillos”, que azotan la montaña baja de Guerrero.
Florencio tiene 15 y aunque a veces admite tener miedo, dice que está orgulloso de ser un comunitario.
“Es la única opción porque solo andar con arma no te pueden hacer nada porque si andas desarmado pues fácil que agarran”, dice Florencio, policía comunitario de Ayahualtempa.
Ayahualtempa es una comunidad del municipio de José Joaquín de Herrera; para llegar hay que recorrer 94 kilómetros en auto desde Chilpancingo, pasando por Tixtla y Chilapa.
En abril de 2021, la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias generó polémica al anunciar la integración de menores de edad a las filas de la policía comunitaria de Ayahualtempa.
A principios de este año informaron que armarán a más niños ante, lo que aseguran, es la falta de respuesta de las autoridades a sus demandas.
“Para que los niños no agarren armas, tengan a buena educación, agarren un lápiz, un cuaderno, unos juguetes en vez de armas, estoy de acuerdo, pero primero que me manden maestros, lo principal aquí en Ayahualtempa estamos pidiendo la educación”, expresó Antonio Toribio, comandante de la Policía Comunitaria de Ayahualtempa.
Hoy en Ayahualtemapa 120 niños forman parte de la Policía comunitaria, sus edades van desde los 8 hasta los 14 años, cuatro son niñas.
A pesar de saber disparar, aún no cubren guardias como los demás y son considerados una fuerza de reserva.
La situación en Ayahualtempa, donde viven unas 750 personas, se ha vuelto complicada. Desde hace unos días, nadie sale por miedo a ser atacado por “Los ardillos”.
Su temor obedece a la desaparición de uno de los comunitarios, el 11 de diciembre, cuando acudió a la cabecera municipal, en Hueycantenango, a comprar comida, y el reciente asesinato de una mujer de 26 años.
“Y apenas en el 17 de enero, ahora con la muchacha Delfina, también fue a comprar y ahí se la quedaron y eso es lo que la comunidad ya se enojó, ya no está de acuerdo por eso exigimos justicia”, explicó Margarito Silva Hernández, coordinador de la Policía Comunitaria de Ayahualtempa.
La comunidad de Ayahualtempa exige la desaparición de la Policía Municipal y que sean la Guardia Nacional y El ejército los que vigilen el municipio y caminos aledaños.
También piden que envíen maestros a la primaria y abran una secundaria en su comunidad.
“Ya llevamos dos marchas y no hay nada la respuesta. Entonces por eso el pueblo, la comunidad de Ayahualtempa ya se organizó para el día 24 de febrero, se va a hacer la marcha”, advirtió Margarito Silva Hernández, coordinador de la Policía Comunitaria de Ayahualtempa.
Ese día, dicen, harán un bloqueo en la carretera que va a Chilapa; en esta manifestación participarán mujeres y niños armados.
“Se va a bloquear la carretera hasta que la mismísima gobernadora venga y arregle este asunto y que plante el ejército o la guardia nacional en tres puntos, nosotros le estamos solicitando tres puntos de seguridad”, dijo Antonio Toribio, comandante de la Policía Comunitaria de Ayahualtempa.
El gobierno de Guerrero insistió en su rechazo a que los menores formen parte de las Policías comunitarias. Aseguran que ya trabajan en un proceso de reconversión que será presentado a las comunidades para evitar que los niños tomen las armas y regresen a las aulas.
Sobre la petición de que sea la Guardia Nacional la que asuma la vigilancia en el municipio de José Joaquín de Herrera y otras comunidades de la zona baja de la montaña de Guerrero, aún no hay respuesta.
Con información de Arturo Ortiz, Noticieros Televisa
AAE
