El policía señaló también que “existe el riesgo de que, tristemente, no se pueda identificar a todo el mundo”, tras el fuego que arrasó la Grenfell Tower, un bloque de 120 viviendas y 24 plantas, en el que residían entre 400 y 600 personas, ubicado en el oeste de la capital británica.
A consecuencia del siniestro, 30 personas siguen todavía hospitalizadas en seis centros de la ciudad, de las que 15 se encuentran en estado crítico, según el último parte médico.
Unas ochenta familias que vivían en el bloque, incluido en pisos de protección oficial, han sido alojadas en hoteles, mientras el Ayuntamiento de Kensington les encuentra otras viviendas.
La Met continúa tratando de establecer la causa por la que se inició el fuego.
Por su parte, la primera ministra británica, Theresa May, aseguró que habrá una investigación oficial para esclarecer “a fondo” el origen del incendio.
En una declaración a la BBC desde su despacho de Downing Street, May aseguró que las circunstancias de esta “terrible tragedia” se investigarán “adecuadamente” hasta obtener “todas las respuestas”, tras las quejas de algunos vecinos sobre la seguridad del edificio.
Corbyn afirmó que “la verdad tiene que salir a la luz y saldrá”, tras conversar con voluntarios que colaboran en las labores de ayuda a los afectados.
Un total de 60 toneladas de donaciones -entre ropa, artículos de aseo, comida y utensilios de bebés- para las víctimas han sido registrados en la mezquita Al Manaar, cercana al edificio, según informó la agencia de noticias PA.
RAMG