CRIMEN Y SEGURIDAD

Polémica del FBI en Estados Unidos, análisis en Despierta con Loret

El despido de James Comey de la dirección general del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) revuelve el tema de Rusia y hace que la procuración de justicia en Estados Unidos quede en manos de personas leales el presidente Donald Trump, lo cual “es peligrosísimo”, de acuerdo con el internacionalista Rafael Fernández de Castro.

En la mesa de Despierta con Loret, Leo Zuckermann calificó de “gran cinismo” de la administración Trump “decir que corrieron a Comey por el asunto de Hillary Clinton”. Reconoce, sin embargo, que el exdirector del FBI “cometió el error de jugar a la política durante la elección, primero en favor de Clinton y luego en favor de Trump, porque en julio la exoneró [por el asunto de los correos electrónicos enviados desde una cuenta personal], pero 10 días antes de la elección, en una carta, afirmó que todavía seguía la investigación, porque eran más correos de los esperados y eso le restó unos puntos que le costaron la presidencia” a la candidata demócrata.

Para Rafael Fernández de Castro, la decisión de despedir a Comey pone a Trump en un camino riesgoso, porque “las democracias se resbalan, como en Venezuela o Rusia y en Estados Unidos, Trump está contra la prensa y contra la justicia; a la prensa que no está a modo, la humilla y a los políticos que no están a modo, los arrincona, aniquila los contrapesos”.

Fernández de Castro explicó que “Trump estaba muy enojado con Comey”, porque lo desmintió cuando afirmó que el expresidente Barack Obama lo espió en la Torre Trump, por lo que se puede decir que “hay un intento deliberado de Trump para que el que no está con él se vaya”.

Sin embargo, despedir al director al director del FBI “sí tiene un costo político importante”, dijo Leo Zuckermann; Comey “es un republicano nombrado por el presidente Obama (demócrata) y ratificado por el Senado”.

Zuckerman afirmó que, con esta acción, a Trump “lo están comparando con Nixon, que corrió a todos los que lo investigaban, y ése fue un punto de quiebre, porque fue cuando se dieron cuenta de que el presidente escondía algo”.

También dijo que le parece interesante averiguar si, en este momento, “los que están con Trump se van a dar cuenta de que algo esconde y van a presionar al Congreso para que haya un fiscal especial”.

Para el internacionalista Fernández de Castro, Comey “sí hizo algo para que lo despidieran, porque titubeó dos veces en la investigación sobre Hillary Clinton y su comportamiento despertó reacciones en el Congreso, que el presidente aprovechó para despedir a alguien que estaba haciendo la investigación de sus nexos con Rusia”, pero no pasará nada más “mientras la base de Trump permanezca firme”, considera.

Zuckermann reconoció que Trump “sigue teniendo al apoyo sólido de su base, pero también sabemos que, en las intermedias de Estados Unidos, después de que llega un presidente, siempre le va mal; la pregunta es qué tan mal le va a ir a Trump”. Recordó que “el número mágico es 40, porque si pierden 40 representantes, la Cámara se vuelve demócrata y le pueden hacer la vida de cuadritos; el tema es cómo va a jugar de cara al 2018”.

Rafael Fernández de Castro recomendó ver “cómo le va a jugar Trump al Senado que tiene que ratificar al director del FBI, porque ha demostrado que ejerce poder”. Pero, acotó Leo Zuckermann, las agencias de inteligencia de Estados Unidos están enojadas y “si hay información de vínculos de Rusia con Trump, es traición a la patria y va a haber filtraciones a la prensa, como cuando Watergate, que Garganta Profunda [quien hizo las filtraciones del caso a la prensa] era subdirector del FBI”. Zuckermann consideró que lo que ocurre en Washington es grave y “puede ser el comienzo del fin de Donald Trump”.

Fernández de Castro, en cambio, señaló que no es el principio del fin, pero reconoció que “lo de Rusia algo trae, porque cómo es posible que vayan el embajador de Rusia en Estados Unidos y el ministro ruso de Exteriores, sin prensa americana, y que se sepa por la información de la prensa rusa”. Subrayó que “Trump se acostó con tiburones” y le van a pasar la factura.

Zuckermann finalizó que “si los republicanos empiezan a oler que Trump está debilón, se van desmarcar, como lo hicieron con Nixon cuando el Watergate”.

 

 

 

 

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