CRIMEN Y SEGURIDAD

Perú rechaza entregar cuerpo del líder de Sendero Luminoso a su viuda

La decisión abre las puertas a que el cuerpo sea incinerado y sus cenizas arrojadas al mar para que su sepultura no sea un lugar de peregrinación para sus fanáticos seguidores, algo que las autoridades peruanas quieren evitar

Un fiscal de Perú rechazó entregar el cuerpo del jefe histórico de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, a su encarcelada viuda, y anunció que quedará bajo su custodia hasta que finalice la investigación de su muerte el sábado en prisión.

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“La Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa del Callao denegó el pedido de Elena Yparraguirre, para que se le entregue el cuerpo del terrorista Abimael Guzmán Reinoso”, señaló el Ministerio Público a través de su cuenta en la red social Twitter.

“El cuerpo quedará bajo custodia del Ministerio Público hasta que termine la investigación fiscal”, agregó sin precisar fechas ni destino de los restos.

El fiscal Vladimir Farfán Kehuarucho “ponderó el orden público e interés social” en su decisión, según la institución.

La decisión abre las puertas a que el cuerpo sea incinerado y sus cenizas arrojadas al mar para que su sepultura no sea un lugar de peregrinación para sus fanáticos seguidores, algo que las autoridades peruanas quieren evitar.

El gobierno izquierdista peruano había anunciado el martes que presentaría (al Congreso) un proyecto de ley para incinerarlo. La fiscal general, Zoraida valos, anunció por su lado, otro proyecto similar.

“El tema depende de la emisión de una norma, porque no tenemos legislación al respecto”, precisó el martes el ministro del Interior, Juan Carrasco, al admitir un vacío legal en este tipo de casos.

El cadáver de Guzmán, de 86 años, se halla en una morgue del puerto del Callao desde el sábado, cuando murió de “neumonía bilateral” en la prisión de máxima seguridad de la base naval ubicada en esa localidad, vecina a Lima, donde cumplía condena a perpetuidad desde 1992.

Elena Yparraguirre, la viuda y número dos de la organización maoísta, había enviado el sábado una carta a través de su abogado pidiendo al fiscal que entregue el cuerpo a una tercera persona para que lo sepulte. Ella está presa a perpetuidad en la cárcel de mujeres de Chorrillos, al sur de Lima.

La decisión fiscal prolonga la incógnita sobre lo que pasará con quien fuera el preso más famoso de Perú, un tema que puede derivar en una crisis política para el gobierno izquierdista si persiste la incertidumbre.

La fiscalía del Callao está a la espera del resultado de exámenes de ADN entre jueves y viernes, para cerrar eventualmente el expediente.

La investigación fiscal es de rigor en casos de presos fallecidos en prisión. La ley le da plazo hasta de 30 días.

La salud de Guzmán había decaído los últimos meses, e iba a ser trasladado a otra prisión en enero de 2022. En agosto se le hospitalizó por supuestos problemas renales. Estaba vacunado con dos dosis contra el covid-19.

El “Pol Pot de los Andes” pasó sus últimos 29 años condenado como responsable intelectual de uno de los más cruentos conflictos en América Latina, con 70 mil muertos, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

Sendero Luminoso lanzó una “guerra popular” marcada por cruentas acciones terroristas entre 1980 y 2000.

Guzmán fue un oscuro profesor universitario de filosofía, que acabó sus días sin concretar su aventura de reproducir en el país a sangre y fuego el modelo de su ícono Mao.

El arma que usó fue su propia interpretación del marxismo, que convirtió a sus seguidores en fanáticos de sus ideas a las que calificaron de “pensamiento guía” y “cuarta espada” del marxismo, detrás de Marx, Lenin y Mao.

Abrazó el maoísmo y los métodos del líder camboyano Pol Pot, y se formó una imagen de revolucionario duro e implacable dispuesto a ordenar masacrar a los habitantes de un poblado de los Andes peruanos en castigo por no respaldarlo.

La “guerra” que impulsó tendría el costo social de un millón de muertos, aseguró en la única entrevista que otorgó a una revista local ultraizquierdista.

Entre las acciones más sanguinarias de Sendero está el asesinato en 1984 de 117 campesinos que rehusaron apoyarlos en Soras, Ayacucho. En 1983, hicieron igual con 69 campesinos en la vecina Lucanamarca.

En Lima, en 1992, un coche bomba mató a 25 personas e hirió a 150 en el barrio turístico de Miraflores

Con información de AFP

HAVJ