La respuesta del Gobierno mexicano sobre presunto espionaje a periodistas y activistas “no fue la respuesta que un pueblo espera, porque no dijo que abrirían una investigación, sólo negó que fueran ellos”, afirmó Azam Ahmed, periodista del New York Times y autor del reportaje ‘Somos los nuevos enemigos del Estado: el espionaje a activistas y periodistas en México’, publicado en la versión en inglés y en español del diario estadounidense.
En entrevista telefónica para Despierta con Loret, Ahmed afirmó que él sólo publicó la información, pero corresponde al Gobierno investigar “porque alguien estaba usando su software y hay que investigar quién está usándolo”.
Azam Ahmed rechazó que tenga pruebas de que el Gobierno sea responsable del espionaje, pero “todos creen que fue el Gobierno”.
Dijo que pasa porque es difícil para otros actores acceder al programa, porque “es un hardware, instalado en las oficinas de las agencias que usan el software; sí puede ser que alguien lo haya usado, pero es muy difícil usarlo si no estás en el lugar donde está instalado”.
Debido a que algunos mensajes fueron enviados a personas en territorio estadounidense, existe la posibilidad de que el Gobierno actúe, pero “todavía no me han dicho qué van a hacer, porque asumir el rol de un oficial del gobierno de Estados Unidos es un crimen, y fueron mensajes supuestamente de la embajada de Estados Unidos y eso puede ser un crimen, pero no han dicho cómo van a responder”.
La respuesta, reconoció Ahmed, puede tardar, porque “ahora está desarreglado en Estados Unidos y tiene que ser un acuerdo del Departamento de Estado y otras agencias, así que creo que va a tardar una respuesta”.
Azam Ahmed relató que el recibió un mensaje, “lo abrí y mi teléfono no servía bien, entonces borré, reemplacé y no tengo pruebas, pero estoy 99% seguro de que recibí un virus espía”.
El periodista cuestionó que, “si fuera el Gobierno, y hay mucha evidencia que dice que sí, qué tipo de democracia tiene México, en la cual el Gobierno puede emplear los espías en reporteros, en la sociedad civil. No es China, pero no respeta la privacidad del pueblo, de los ciudadanos; me preocupa un poco, porque es como una lucha de qué quiere ser México: un país de derechos humanos y democracia o quiere ser un país regresivo”.
Para Ahmed, “México tiene gente diplomática muy hábil y en el mundo vende la visión de México de que es como Estados Unidos o Canadá, pero aparecen casos que son muy graves, como este caso de NSO Group, Ayotzinapa o Tlatlaya, que cuando los ves, te sorprendes”.
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