En el tercer día de la Cumbre sobre abusos a menores centrado en la transparencia el cardenal Rehinard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, denunció las estructuras administrativas de la Iglesia que no la ayudaron a hacer lo que tendría que haber hecho en el tema de los abusos a menores.
El abuso sexual de niños y jóvenes se debe en gran medida al abuso de poder en el ámbito de la administración. En este sentido, la administración no ha ayudado a cumplir la misión de la Iglesia, sino que, al contrario, la ha oscurecido, la ha desacreditado y la ha hecho imposible”, dijo el cardenal Rehinard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal alemana.
El cardenal Marx, en primera fila en la lucha contra los abusos, denunció además la destrucción de documentos, que emergió de una investigación realizada en Alemania, que habría podido aportar pruebas en contra de los abusadores.
Los archivos que podrían documentar los hechos terribles e indicar los nombres de los responsables han sido destruidos o ni siquiera se han creado. En vez de los culpables, fueron amonestadas las víctimas y se les impuso el silencio. Los procesos y procedimientos establecidos para procesar los delitos fueron deliberadamente ignorados, e incluso cancelados o anulados”, dijo el cardenal Rehinard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal alemana.
Palabras muy críticas hacia la actuación de la Iglesia en el tema de los abusos llegaron de la superiora de la Sociedad del Santo Niño de Jesús, relatora de este tercer día, quien recordó su impresión al ver la película Spotlight sobre los abusos en Boston.
¿Cómo pudo callar la Iglesia clerical, cubriendo tales atrocidades? El silencio, los secretos llevados en el corazón de cuantos han cometido los abusos, el tiempo que duraron los abusos, escuchamos uno ayer por la noche, y los diversos traslados de los perpetradores, son inimaginables”, manifestó Sor Verónica Openibo, superiora de la Sociedad del Santo Niño de Jesús.
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Tenemos que reconocer que son nuestra mediocridad, hipocresía y condescendencia las que nos han conducido a este lugar vergonzoso y escandaloso en el que nos encontramos como Iglesia. Proclamamos los 10 mandamientos y nos jactamos de ser guardianes de los estándares-valores morales y del buen comportamiento en la sociedad. ¿A veces hipócritas? Sí, ¿por qué nos hemos callados tanto tiempo?”, señaló Sor Verónica Openibo, superiora de la Sociedad del Santo Niño de Jesús
Al igual que en los dos primeros días, las víctimas y activistas que han llegado a Roma en ocasión de la Cumbre sobre abusos a menores, se manifestaron en las calles de la ciudad. Bernardette Howell de Canadá fue abusada por un sacerdote.
Reuters
Llegamos con mucha esperanza, realmente pensamos que habría medidas de tolerancia cero, estoy perdiendo la esperanza muy rápidamente”, dijo Bernardette Howell, víctima.
La jornada acabó con una celebración penitencial en la sala regia del Palacio Apostólico. El papa Francisco y los obispos entonaron el mea culpa, reconocieron sus pecados e invocaron el perdón.
Durante tres días hemos hablado y escuchado las voces de las víctimas supervivientes a los crímenes que los menores y los jóvenes han sufrido por parte de nuestra Iglesia y nos hemos preguntado, ¿cómo podemos actuar responsablemente? ¿Qué pasos debemos tomar? Para ingresar al futuro con renovada valentía, tenemos que decir, como el Hijo Pródigo, Padre que he pecado. Necesitamos examinar en qué lugares de las iglesias locales deben tomarse acciones concretas para los miembros de las conferencias episcopales, para nosotros mismos. Esto nos obliga a mirar con sinceridad en las situaciones de nuestros países y nuestras propias acciones”, expresó el papa Francisco.
La Cumbre finalizará el domingo con una misa solemne y un mensaje en el que el papa Francisco hará un balance de la reunión y trazará probablemente las líneas directrices para el futuro.
JLR
