RACISMO

Papa Francisco visita Myanmar

Sin dejar de seguir el consejo de la Iglesia Birmana, de no referirse explícitamente a la minoría musulmana de los rojinyá, que tuvo que salir de Myanmar hacia Bangladesh víctima de una feroz represión, el papa Francisco pidió al gobierno que se respeten a todas las minorías étnicas y religiosas.

En el discurso más esperado de este viaje ante las autoridades birmanas y la jefa de gobierno de facto, Aung San Suu Kyi, el papa afirmó que el futuro de Myanmar debe ser la paz.

El difícil proceso de construir la paz y la reconciliación nacional sólo puede avanzar a través del compromiso con la justicia y el respeto de los derechos humanos, de la dignidad y los derechos de cada miembro de la sociedad, en el respeto por cada grupo étnico y su identidad.

En el marco de una democracia frágil en la que el Ejército sigue teniendo mucho poder, el papa Francisco también pidió respeto por el Estado de derecho.

Y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo, sin excluir a nadie, ofrecer su contribución legítima al bien común.

En su discurso considerado un abierto apoyo a la consejera de Estado y premio Nobel, Aung San Suu Kyi, el papa resaltó el rol que deben tener las diferentes religiones.

El papa Francisco afirmó que las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza sino todo lo contrario, un impulso hacia la reconciliación, el perdón, la unidad y una sabia construcción de la nación.

Por su parte la premio Nobel, criticada en los últimos meses por la comunidad internacional por su silencio ante el drama humanitario de los rojinyá, calificado por Naciones Unidas de limpieza ética, tampoco pronunció el término tabú ”rojinyá”, pero sí se refiero a la dramática situación que vive esta minoría.

Uno de los muchos desafíos que nuestro gobierno ha estado enfrentando es el de la situación en el Rakhine. Que ha capturado fuertemente la atención del mundo, que ha debilitado la confianza y la comprensión, la armonía y cooperación entre las diferentes comunidades en Rakhine. El apoyo de nuestra gente y de amigos que sólo desean que logremos cumplir con nuestra tarea, ha sido invaluable.

Antes de trasladarse a la nueva capital fantasma para la ceremonia de bienvenida oficial en el palacio presidencial, rodeado por un foso, que se encuentra en medio de una treintena de edificios en los que viven y trabajan las autoridades a los que se accede por puentes y carreteras, con veinte carriles para que puedan aterrizar aviones en caso de necesidad, el papa mantuvo un encuentro con líderes de varias religiones a los que pidió que no tengan miedo de las diferencias y contribuyan a construir la paz sin dejarse igualar por la colonización.

Con información de Valentina Alazraki.

FJMM