Al celebrar una misa ante doscientos mil fieles en Trujillo, Perú, el papa Francisco se solidarizó con la población local por las inundaciones que provocó el fenómeno de El Niño Costero, el año pasado, y que han causado tanta destrucción y dolor sobre todo en las familias que aún no han podido reconstruir sus casas. Afirmó que este fue el motivo por el que decidió visitar esta zona del país.
El papa Francisco se refirió a las tormentas provocadas por la naturaleza, pero también a las tormentas que sacuden la vida social de los peruanos.
Se llaman violencia organizada, como él sicariato y la inseguridad que esto genera, se llama la falta de oportunidades educativas y laborales, especialmente para los más jóvenes, lo que les impide construir un futuro con dignidad, o la falta de un techo seguro para tantas familias forzadas a vivir en zonas de alta inestabilidad y sin accesos seguros”, explicó el Papa.
En la explanada frente a la playa de Huanchaco, el papa Francisco pidió a los peruanos que ante las situaciones de oscuridad encuentren, unidos, los caminos para salir adelante.
Los peruanos en este momento de su historia no tienen derecho a dejarse robar la esperanza”, dijo.
Ahora viene él, cuando estamos en una convulsión social, política y por qué no decirlo, de corrupción, no vamos a perder la esperanza y sabemos que de ésta vamos a salir”, aseveró Azucena, fiel peruana.
Por la tarde en un encuentro con sacerdotes religiosos y seminaristas en el Colegio Seminario de Trujillo, el papa Francisco les advirtió acerca del mal que hace la fragmentación, el aislamiento, las divisiones y la falta de verdaderas raíces dentro de la Iglesia.
Les digo que da mucha pena ver a algún obispo, algún cura o a alguna monja marchita, y mucha más pena me da cuando veo seminaristas marchitos”, reiteró el Pontífice.
A los seminaristas pidió que si se dan cuenta que no pueden, hablen antes de que sea demasiado tarde.
Antes de que se den cuenta que no tienen raíces ya y que se están marchitando, todavía ahí hay tiempo para salvar”, refirió.
Antes de volver a Lima, al presidir una vigilia mariana en la Plaza de Armas en el centro de Trujillo, por segunda vez desde su llegada a Perú, el Papa denunció la violencia en contra de las mujeres en el continente.
Quiero invitarlos a luchar contra una plaga que afecta a nuestro continente americano, los numerosos casos de feminicidio, y son muchas las situaciones de violencia que quedan silenciadas detrás de tantas paredes, contra esta fuente de sufrimiento pidiendo que se promueva una legislación y una cultura de repudio a toda forma de violencia”, exhortó el Pontífice.
El papa Francisco sí viene a dar ese mensaje, es muy importante para nosotras, que sobre todo venga por este tema”, dijo Celeste, fiel peruana.
El domingo el Papa se despedirá de Perú, donde fue recibido con mucho más entusiasmo y alegría que en Chile con una misa masiva en la base aérea Las Palmas.
Con información de Valentina Alazraki
LHE
