Papa Francisco llega a Ginebra para celebrar aniversario del Consejo Mundial de Iglesias

El papa Francisco aterrizó en Ginebra, Suiza, para participar en la celebración del septuagésimo aniversario del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y demostrar que cree y apuesta por el ecumenismo y en la búsqueda de la unidad del cristianismo.

Al pie de pista fue recibido por las autoridades católicas del país y por una delegación del Consejo Federal (gobierno suizo) formada por el presidente de la Confederación, Alain Berset; y el ministro de Exteriores, Ignazio Cassis.

También formaron parte de la delegación de bienvenida el presidente del Consejo Nacional (cámara baja), Dominique de Buman; y el presidente del Gobierno de Ginebra, Pierre Mudet.

Dos miembros de la guardia suiza custodiaron la escalera por la que bajó el pontífice y dos niños ataviados con vestidos tradicionales le regalaron flores,  al son de una orquesta militar.

“Caminar, rezar y trabajar juntos” es el lema de esta corta visita de poco más de diez horas que el pontífice realizará a la ciudad de Calvino, como se conoce también a Ginebra, por ser la cuna de unos de los padres del protestantismo.

La localización del evento es ya un símbolo, que se refuerza por el hecho de que Ginebra y Suiza son mayoritariamente protestantes.

La visita se enmarca en el “peregrinaje ecuménico” que Francisco percibe como un proceso a largo plazo y está precedido por las visitas a la ciudad sueca de Lund, para conmemorar el 500 aniversario de la reforma luterana, y la histórica entrevista en Cuba con el Patriarca de Moscú, Kirill, y líder de los cristianos ortodoxos.

El CMI engloba a 348 iglesias protestantes, luteranas, anglicanas y ortodoxas de más de 110 países, y la Iglesia católica si bien no pertenece como miembro pleno, porque eso implicaría renunciar a algunos de sus más preciados preceptos, sí forma parte de muchas de sus comisiones.

No es la primera vez que un papa visita el CMI, ya lo hicieron en 1969, Pablo VI y en 1984, Juan Pablo II, pero sí es la primera vez que un pontífice asiste específicamente para visitar el organismo que representa el ecumenismo en el mundo.

Para recibirlo, las autoridades suizas, muy acostumbradas a recibir mandatarios del mundo entero que participan en actividades de las distintas agencias y del secretariado de la ONU, han establecido importantes medidas de seguridad.

La organización de la visita costará un total de 2.2 millones de francos (869 mil euros), la mitad de los cuales se destinaron al rubro de la seguridad.

El espacio aéreo ginebrino en un eje de 18 kilómetros estará temporalmente restringido a los pequeños aviones de turismo y a los helicópteros hasta las nueve de la noche, hora local.

Además, las autoridades del cantón de Vaud, vecino a Ginebra, y donde se encuentra el Instituto Ecuménico de Bossey, que el pontífice también visitará luego de pasar por el CMI, han prohibido los vuelos de drones.

El Ejército apoyará a la Policía de Ginebra con 200 militares.

En el CMI Francisco será recibido por el secretario general de la institución, el luterano noruego, Olav Fykse Tveit, y por la teóloga anglicana de Kenia Agnes Auboom.

El papa Francisco participará en una plegaria en el CMI y hará su primera alocución, después se dirigirá al Instituto de Bossey, donde se reunirá con otras autoridades y un grupo de estudiantes.

Por la tarde, se celebrará el acto principal de la visita, el discurso en el que ahondará en el mensaje ecuménico, y por último oficiará una misa ante 41 mil personas para “encontrarse” con la comunidad católica del país.

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Con información de EFE

LHE